Operación militar contra los afrodescendientes

“Atribulados en todo, más no aplastados; perplejos, más no desesperados. Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo”
2 Corintios 4, 8-10


“Nosotros no tenemos ningún delito en nuestra conciencia. No hay nada de que se nos acuse justamente. No hay ninguna razón para que se nos mate, para que se nos destruya con la mentira, o para que se nos persiga destruyendo el alma. Los del poder económico, los de la Palma, los agroindustriales han dado la orden: Sométanlos, Conquístenlos, sáquenlos o ¡Mátelos!. Y nos tienen entregados a la muerte, por agradar al cesar, por adorar el dinero, por venerar el progreso, por destruir la tierra. Aquí estamos aún sin entregarnos a esa muerte decidida por los poderes de este mundo del dinero”

Relectura del texto de Juan 19, 1-15 del Consejo Comunitario del Jiguamiandó y Comunidades del Curvaradó.

RESUMEN

Informes oficiales lo expresaron la semana pasada: “Existe una operación militar de la Brigada XVII en la que se produjeron combates en el Jiguamiandó, el desplazamiento de los pobladores de Nueva Esperanza y Pueblo Nuevo. Contactos armados con las guerrillas de las FARC EP”. Pero en el terreno la realidad nos habla efectivamente de una operación militar pero de tipo irregular, combinación de efectivos de la Brigada XVII o militares con “civiles” armados, confundidos, semejantes, mimetizados.

Una operación militar con sobrevuelos de helicópteros (28-02-04) En horas de la mañana, del siguiente día, nuevos sobrevuelos sobre el lugar humanitario de Pueblo Nuevo. A las 14:50 horas operaciones aéreas oficiales, ametrallamientos desde el aire, luego del control por tierra de los pobladores los helicópteros se retiraron. Por tierra, las actuaciones conjuntas entre militares y estructuras encubiertas que se sostuvieron hasta las 15:25 horas. Retención de los pobladores, intimidaciones, tratos crueles, señalamientos, saqueo de bienes, amenazas de uniformados con insignias de la Brigada XVII. En el mismo escenario reconocidos paramilitares que participaron en las 18 incursiones que generaron el desplazamiento de los pobladores de Puerto Lleras en el 2003, luego uno de los desertados de las FARC EP, que participan a través de la radio de las Fuerzas Militares en las propagandas institucionales. La invitación: “trabajen en la palma”, “de aquí no nos vamos a ir”, “ofrecemos seguridad, quédense aquí. Nosotros vinimos es a ganarnos es su corazón”. A las 15:25 horas se retiraron de Pueblo Nuevo (29-02-04)

En horas de la tarde, a eso de las 14:00 horas, nuevamente en una operación militar irregular los pobladores de Nueva Esperanza se vieron obligados a desplazarse por la presencia armada. Los mestizos buscaron refugio hacia Pueblo Nuevo y Pemada. 20 minutos después de abandonado el lugar humanitario perfectamente delimitado se produjo un contacto armado con miembros de las milicias de la guerrilla, durante unos 10 minutos. Los armados en la estrategia militar de tipo paramilitar tomaron posesión del lugar, durmieron allí en la noche, saquearon viviendas, dejaron publicidad del Gobierno Nacional y del Ministerio de Defensa invitando a la reinserción y bolsas de alimentos de uso exclusivo de las Fuerzas Militares. En desarrollo de la estrategia militar saquearon las viviendas y alimentos, destruyeron bienes de supervivencia donados por Médicos del Mundo Francia, hurtaron radio receptores AM FM, películas de donación internacional para el trabajo infantil (01-03-04). Hacia las 10.00 horas se produjo un nuevo desplazamiento. Dos días después se conoció de un contacto armado en el sitio conocido como La Pemada entre las unidades militares en actuación irregular y guerrilleros de las FARC(03-03-04).

SOLICITUDES

º Verificación inmediata de los hechos a través de la Comisión Mixta de Seguimiento con la presencia de la Procuraduría General de la Nación Derechos Humanos de Bogotá y la Defensoría del Pueblo Nacional. Comunicarse telefónicamente o enviar fax urgentes a EDGARDO MAYA VILLAZON Procurador General de la Nación y VOLMAR PEREZ Defensor Nacional del Pueblo.

º Al VicePresidente de la República, FRANCISCO SANTOS, dar respuesta integral a las propuestas humanitarias y de actuación preventiva resueltas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA y comunicación telefónica exigiendo una respuesta desde el marco de los Derechos Humanos y el derecho internacional a la actual crisis humanitaria de los afrodescendientes.

º A la solidaridad nacional e internacional presencia inmediata en los lugares humanitarios del Jiguamiandó, poblado de Pueblo Nuevo; apoyo con materiales que posibiliten la reconstrucción de sus vallas de visibilización.

DETALLES

* Sábado 28 de febrero, desde tempranas horas de la mañana hasta la noche sobrevolaron 5 helicópteros militares entre la cuenca del Jiguamiandó y Murindó.

En el caserío de Bartolo, cerca de Murindó, un exmiliciano apodado “EL CUCHO” que se entregó al programa de reincersión de la Presidencia de la República, preguntó por la nueva representante legal del Consejo Comunitario de la cuenca del Curvaradó, expresa la intención de señalarla para que sea capturada, lo mismo que a miembros del Consejo Comunitario de la Cuenca del Jugiamiandó pues “así se acaba ese proceso”.

* Domingo 29 de febrero, entre las 7:00 y 8:00 horas, 4 helicópteros militares sobrevolaron sobre el lugar humanitario de Pueblo Nuevo, aproximándose a escasos metros de las viviendas.

A la 13:40 horas se escucharon 4 disparos en la margen derecho aguas abajo del río Jiguamiandó en avanzada militar.

Una hora y diez minutos después,14:50 horas, ingresaron al lugar humanitario de Pueblo Nuevo, más de 32 hombres armados, vestidos de camuflado, con armas largas en una operación militar combinada. Los paramilitares se repartieron en tres grupos dentro del caserío controlando el movimiento de toda la población. Seis se ubicaron en la parte baja del caserío, 20 en la parte alta, 6 retuvieron a dos afrodescendientes del Consejo Comunitario.

Simultáneamente, los 4 helicópteros de las Fuerzas Militares, volvieron a sobrevolar sobre el lugar humanitario, ametrallando en los alrededores del lugar de habitación de la población civil, obedeciendo la orden impartida por uno de los mandos del operativo desde tierra. Luego de las descargas de metralla, los militares que se transportan en los helicópteros se retiraron. Entre tanto, los seis civiles “armados” de la estrategia de tipo paramilitar, algunos portando insignias de las “AUC”, botas de uso privativo de las fuerzas militares, otros con insignias de la Brigada XVII retuvieron a dos afrodescendientes ordenándoles tenderse al piso. Uno de los dos campesinos que se dirigían a su siembra de arroz, al desobedecer la orden fue golpeado fuertemente en la cara y en la espalda. El poblador exigió respeto al que se encontraba identificado como miembro de la Brigada XVII, diciéndole: “¿por qué nos maltratan si son del Ejército Nacional?” El militar respondió: “no los estamos maltratando, lo estamos deteniendo”. Segundos después ordenó a los otros 5 armados cesar en la golpiza.

Posteriormente, todos los participantes en la actuación militar irregular obligaron a los pobladores trasladarse a la parte de arriba del caserío, entre ellos el apodado “Palizada”, quién el año pasado participó en las incursiones a Puerto Lleras. Al iniciar la reunión uno de los mandos preguntó: “¿Qué ONG está con ustedes?” (…)”Yo estuve por acá en el 2001 y el año pasado en Puerto Lleras, aquí están los de la comunidad de Puerto Lleras, no se escondan que yo los conozco. ¿ustedes esperaban gente?, aquí estamos”. Los afrodescendientes respondieron “con tanto helicóptero, si esperábamos gente, no sabíamos quiénes, los del ejército”. El armado de la estrategia militar encubierta manifiesta: “sí, la visita que esperaban éramos nosotros”(…)”si nos hacen un solo disparo matamos a dos que les tenemos”. “Palizada” se dirigió de nuevo a la comunidad: “levante la mano el que es guerrillero, miliciano o colaborador. El que es guerrillero o miliciano lo matamos aquí de una vez, aquí lo dejamos. Al que es colaborador le damos una planizada. Salgan al ruedo, les perdonamos la vida y si no salen a las buenas llamo a mi perrito para que los saque, el que saque el perrito es guerrillero o miliciano, y a ese yo no se la perdono”.

Se presentó enseguida un exguerrillero del las FARC-EP que se acogió al programa de reinserción en diciembre del 2003 apodado “Cara de papa”, quién habla regularmente por la emisora de las Fuerzas Militares “Colombia Mía” que emite desde la Brigada XVII con sede en Carepa en las frecuencias F.M 95.3 Mhz y A.M 1600 Khz. El apodado “Cara de papa” quien a través de la radio oficial invita a los guerrilleros a desertar y acogerse al mismo programa gubernamental manifestó: “yo pasé por aquí, hace tiempo”, señalando a un afrodescendiente, quién le respondió: “yo sí lo vi a usted hace mucho tiempo, con ustedes pasa que cuando están de un lado con el arma lo obligan a uno y cuando están del otro lado lo señalan a uno de colaborador”. Se escuchó por radio la orden de dejarlo quieto.

Desde otro punto más arriba, a través de un radio de comunicación se escuchó: “pregunte a los civiles de quién es este rancho, el de un guerrillero, de milicianos?” La comunidad explicó que todos los lugares de residencia son de la población civil, las acusaciones son falsas, la casa no es de la guerrilla es de una afrodescendiente de 68 años de edad. Los armados procedieron a destruir ollas, platos, la cama, regaron la ropa y robaron 6 gallinas.

Por radio se escuchó nuevamente una orden al paramilitar apodado “Palizada”: “que tal está la gente, écheles un politicazo y salga enseguida”. El “civil” armado de la estrategia de tipo paramilitar expresó: “trabajen para que progresen, devuélvanse para el antiguo caserío, ese si era grande y bonito, allá nosotros les garantizamos seguridad, nosotros lo tenemos controlado, avancen hacia Pavarandó, por allá si está el desarrollo, ustedes saben que se está haciendo allá. Este territorio lo queremos pero con campesinos, a nosotros no nos interesa ahora desplazarlos, lo que pasó en el 2001 y el que mató al niño en Puerto Lleras era un bruto. Nosotros venimos es a ganarnos a los campesinos. Acostúmbrense a vernos, nosotros vamos a seguir por aquí, por aquí volvemos”

Entre tanto, otro grupo de paramilitares saqueó algunas viviendas, sustrajo refrescos, correas, ropa interior, crema dental, y escribió con carbón vegetal 10 casas del lugar humanitario con los textos: “AUC”, “FUERZAS ESPECIALES”, “BLOQUE ELMER CARDENAS ACCU”, “BEC ACCU PABARANDO JHONNKI” “DUENDE, EL SICARIO, BRUJITA” “BLOQUE ELMER CARDENAS ALIAS EL DUENDE, EL SAGAZ, EL SINSO AUC, LLEGO EL SABAS, FRENTE PABARANDO” “BEC ACCU” “AUCC” “BLOQUE ELMER CARDENAS ESTA EN LA ZONA OPERANDO ÑERO” “BLOQUE ELMER CARDENAS GUERRILLA YEGO TU PAPI”, “AUCC ÑERO”

A las 15:25 horas se retiraron del lugar los participantes de la operación militar irregular.

* Lunes 01 de marzo, hacia las 14:00 horas en la margen derecha del río Jiguamiandó aguas abajo, a la altura del lugar donde se ubicaron los integrantes de Nueva Esperanza, tres hombres armados participantes de la actuación militar irregular gritaron a un campesino que se encontraba en la otra orilla les entregara un bote. El afrodescendiente se negó a hacerlo y avisó a todos los demás habitantes de la presencia armada, simultáneamente a menos de 500 metros, una mujer del Consejo Comunitario visibilizaba la presencia de armados que le gritaban desde la otra orilla del río que no corriera.

En pocos segundos, las familias de Nueva Esperanza iniciaron una estampida general algunas hacia Pueblo Nuevo, y al lugar conocido como La Pemada, sitios donde buscaron refugio. Los armados, vestidos de camuflado de la estrategia militar gritaron desde la otra orilla: “no corran, no vamos a matar a nadie”.

20 minutos después de haber desocupado el poblado cuando éste se encontraba controlado por los participantes de la operación militar irregular, hubo una presencia de milicias de la guerrilla de las FARC EP produciéndose un contacto armado de pocos minutos.

Durante la tarde y la noche los efectivos militares de la actuación irregular ocuparon el caserío.

* Miércoles 3 de marzo, a primera hora de la mañana se constató en Nueva Esperanza las secuelas de la actuación militar en el caserío de esta comunidad. Destrucción de los tanques de almacenamiento de agua donados por una entidad humanitaria internacional, el saqueo de alimentos y artículos de aseo adquiridos para el consumo de las familias, el robo de radios AM y FM y de los medicamentos donados por Médicos del Mundo Francia, la destrucción de películas infantiles y de formación en salud donadas por la solidaridad internacional, el derramamiento de 17 galones de gasolina para la movilización de la comunidad, la afección de un motor 40 entregado por la Red de Solidaridad Social, la destrucción de los símbolos de la comunidad que los distingue como población civil, la destrucción de los vestidos de los pobladores.

Igualmente, se encontraron restos de bolsas de alimentos con un registro en su empaque que los identifica como de uso y propiedad del Ejército Nacional, a pesar del intento de destrucción de las mismas, algunas no lograron consumirse en la hoguera prendida por los efectivos militares. En las bolsas se lee: “ELB LA HUERTA DE ORIENTE FOMEQUE CUND. IND C/BIANA PARA EL EJERCITO NAL RESIAE05M24493 GOULASH”.

En el caserío los participantes de la estrategia militar encubierta dejaron propaganda del programa gubernamental de reinserción en la que se lee: “LA ARMADA ESTA A LA OFENSIVA!!! ACÓJASE YA AL PROGRAMA DE DESMOVILIZACION DEL GOBIERNO DEL PRESIDENTE URIBE ¡¡ANTES QUE SEA DEMASIADO TARDE!! ENTREGUE LAS ARMAS A LA PATRIA ACOJASE AL PROGRAMA DE ATENCION HUMANITARIA AL DESMOVILIZADO DEL GOBIERNO NACIONAL Y DEL MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL. LLAME GRATIS YA AL 01-8000-911-001 O AL CELULAR 154. OPORTUNIDADES: SOLUCION DE SU SITUACIÓN JURIDICA, AYUDA ECONÓMICA, CAPACITACIÓN PARA TRABAJAR, ATENCIÓN EN SALUD Y FUTURO. PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA – MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL.

A eso de las 10:00 horas, nuevamente los pocos pobladores que se encontraban cerca a la Comunidad de Nueva Esperanza al observar la presencia de los mismos efectivos militares por el camino que conduce al sitio conocido como Pemadas huyeron dando aviso a sus vecinos.

Una de las 4 viviendas ubicadas en la orilla fue parcialmente destruida al ser incendiada, los enseres, las cobijas, las ollas y vajillas fueron destruidas con machetes y 7 gallinas propiedad de los campesinos fueron consumidas.

Horas después se produjo un nuevo contacto armado entre las unidades militares de la actuación irregular y miembros de la guerrilla de las FARC EP al promediar el camino hacia Caño Seco.

* Miércoles 7 de marzo, a las 14:00 horas campesinos, de la cuenca del Jiguamiandó que se dirigieron del punto conocido como La Grande sobre el río Atrato a los lugares humanitarios con los medicamentos donados por Médicos del Mundo Francia, fueron requisados en un puesto de control de la Infantería de Marina en las Bocas del Jiguamiandó.

Al terminar de requisar los medicamentos y verificar la correspondiente factura, uno de los armados expresó: “¿No le da miedo que se la quiten los paras?”.

Desde las 7:00 horas se empezaron a escuchar en los lugares humanitarios del Jiguamiandó el sonido de maquinaria pesada y motosierra, del margen derecho del río aguas abajo. De acuerdo con los cálculos iniciales a menos de 2 kilómetros del caserío donde habitaron la totalidad de los integrantes del Consejo Comunitario de Nueva Esperanza.


LINEAS DE INTERPRETACION

Pocas cosas faltan por decir, poco a poco los caretas se caen, los disfraces permutados pierden sus apariencias, entonces todo se empieza a encontrar tal como es, la carroña, el desecho, la inhumanidad. Los pretextos militares de la presencia guerrillera justificación ideológica de doctrinas militares que se expresan en estructuras abiertas y encubiertas que en el caso del Jiguamiandó y el Curbaradó se concretaron en asesinatos, en desapariciones forzosas, en persecuciones, en bombardeos, en ametrallamientos, en desplazamientos forzosos. Hoy sin disimulo alguno, sin recato o sin posibilidad de vergüenza institucional, las actuaciones militares regulares de la Brigada XVII son explícitamente irregulares, no hay distancia no existe diferenciación. Presencias militares al lado de bases paramilitares y de “civiles” armados en los cascos urbanos de Mutatá, de Belén de Bajirá, de Carmen del Darién, de Riosucio. Las fronteras que existieron clandestinamente desde 1.996 se vienen rompiendo cada vez más. A los ojos de la sensatez racional, a los ojos de la sensibilidad de cualquier ser humano no le bastarían más razones, más pruebas, más expresiones para concluir que estamos ante un orden existente absolutamente torcido, perverso, bárbaro, cínico.

No estamos hablando de una guerra institucional dirigida contra la guerrilla de las FARC EP, no estamos hablando de una seguridad a favor de los desfavorecidos. Estamos hablando de la destrucción de la vida humana, de aquellos cuya dignidad, cuya libertad es absolutamente despreciable, y negociable – inconsulta- ante los intereses sustentados en el poder que se oculta en guerras injustas, desproporcionadas, asimétricas. Estamos hablando de una guerra que usa de medios, de métodos ilícitos, perversos para lograr fines poco éticos desde los principios de la solidaridad y de las preocupaciones de la humanidad.

No estamos hablando de guerrilleros como algunas entidades “humanitarias” o religiosas , han manifestado de estos pobladores que se han negado a aceptar la imposición de proyectos militares, que se han negado a aceptar el modelo de sociedad que se oculta tras las actuaciones militares -regulares- y las de tipo paramilitar -irregulares-.

Estamos hablando de afrodescendientes y de mestizos que han desarrollado propuestas de afirmación integral de los derechos a la Vida y al Territorio, en la que ellos mismos se dicen, se sueñan, se representan no desde propuestas de la guerrilla de las FARC EP. Estamos hablando de vidas humanas que se han juntado en sus libertades para hacer propuestas humanitarias en medio de la guerra del Estado y de la guerra de guerrillas. Ellas, sin embargo, no son escuchables o audibles, pues las decisiones institucionales y las de sectores del poder, que cuentan con silencios o complacencias en círculos que promueven formas de reconciliación, sustentadas en el olvido, en la idea de un progreso -manchado de mentiras y de sangre-.

No existe principio de distinción, la justificación de la “cruzada” contra el terrorismo hace evidente hoy que los afrodescendientes y mestizos son sujetos sin derecho o con el único derecho: aceptar la imposición empresarial de la palma aceitera en sus territorios. No existe el derecho, la defensa del débil ante los abusos del poder. No existe la posibilidad de concebir un modelo de relación comunitaria y con el territorio distinta a la del progreso geométrico, de la maximización de la productividad.

No existe el Derecho a la Justicia, la justificación de la “reconciliación” para el logro de la paz hace evidente que los afrodescendientes y mestizos son víctimas indignas: asesinados, desaparecidos, desplazados que merecían y merecen esa suerte, hasta el olvido, pues nunca existieron sobre la tierra y ahora solamente pueden existir si aceptan esa única posibilidad, el progreso de la mano en la palma aceitera.

Existe la impunidad no es una ficción más, es una realidad. Por eso no es posible acceder a la justicia, los actores, los artífices, las estructuras que nacieron, que se extendieron, que se consolidaron como parte de una estrategia criminal, solamente lo han podido hacer porque han contado con apoyos de sectores de poder, pero se hizo eficaz gracias a la inacción del deber de investigar, de sancionar y de reparar, que hoy encuentra nuevos alicientes en la reciente preclusión en la investigación del General Rito Alejo del Río y en la ley de “alternatividad penal”, que tendrá otro nombre pero la misma finalidad.

Hoy las medidas provisionales resueltas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor de los consejos comunitarios del Jiguamiandó y Curbaradó siguen sin ser respondidas integralmente por el Estado colombiano. El desconocimiento de los compromisos con la comunidad internacional de Derechos Humanos sigue siendo la respuesta de fondo y eficaz.

Ahora vendrán nuevas operaciones militares, las operaciones psicológicas, las judicializaciones -injustas- de campesinos afrodescendientes y mestizos, que han tenido la gracia o el infortunio de haber crecido de haber nacido en un territorio de mucha riqueza y biodiversidad. Hoy ante al aislamiento un basta ya, un no más se lograría con el despertar de una nueva sensibilidad, de una solidaridad, del acompañamiento nacional e internacional. Ellas y ellos merecen otra posibilidad sobre esta tierra. Ellos y ellas afirman en medio del terror un mundo distinto, una humanidad nueva.

Bogotá, D.C. 17 de marzo de 2004
COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ