Ola de asesinatos en Buenaventura, práctica sistemática sin control institucional

En medio del terror que experimenta la población por el control social territorial en los barrios de baja mar y el silencio mediático frente a una realidad de muerte violentas por la criminalidad han sido asesinadas seis personas, entre ellos, dos jóvenes en menos de siete días.

El sábado 17 de julio entre 7.30 p.m. y 7.45 p.m. fueron asesinadas Jhon Jairo Montaño Rivera y Omar Garcés en el barrio Piedras Cantan con arma de fuego por hombres de pertenecientes a la estructura heredera del paramilitarismo La Local.

El domingo 18 de julio entre 7.45 p.m. y 8.00 p.m. cuando el señor William Enrique Valencia Díaz transitaba por el centro comercial Viva Buenaventura, dos hombres que se movilizaban en una motocicleta le dispararon dejándolo gravemente herido, esta persona fue llevada a un centro de salud donde murió horas después.

El lunes 19 de julio a las 8. 20 p.m. fue asesinado el joven Cristian Valencia en la calle 20 de Monte Chino.

En la madrugada del 20 de julio fue asesinado con arma de fuego el joven Luis David Orobio Rojas en el barrio el Dorado.

El miércoles 21 de julio en el barrio el Lleras a las 4.20 a.m. fue asesinado Alfredo Colorado Rivas con arma de fuego, con cuatro disparos en la espalda y uno en la cabeza.

Las estructuras armadas herederas del paramilitarismo ejercen el control social y económico en la ciudad, especialmente en los barrios de baja mar, sin que exista una respuesta desde el enfoque de la seguridad humana con una fuerza pública eficaz y transparente, y una operación empresarial que reconozca los derechos de las comunidades étnico territoriales.

Desde el 30 de diciembre de 2020 cuando ocurrieron simultáneamente ocho asesinatos a la misma hora en diferentes barrios de Buenaventura, durante este semestre multiplicidad de crímenes, y asesinatos se viene produciendo gota o gota.

Buenaventura continúa bajo el control de estructuras criminales que determinan sobre la vida de sus pobladores, generan el terror en barrios donde miles de personas han debido desplazarse.

La visita de un cuerpo diplomático junto a organismos internacionales y organizaciones de Derechos Humanos en el mes de febrero constataron esta realidad, recorriendo calles de sectores y dialogando con personas, comunidades y organizaciones afectadas por la violación a los Derechos humanos que es inocultable. A hoy, la respuesta institucional genera mucha preocupación porque la realidad de los hechos no corresponde a lo que dicen estar haciendo.
Buenaventura, una macabra coincidencia entre la expansión de proyectos de inversión transnacional con graves índices de violencia que en nada sonroja a los inversionistas
Bogotá D.C. 23 de julio de 2021
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz