Nuestra solidaridad con Claudia Girón, su escolta y la Fundación Manuel Cepeda Vargas

Esta operación armada que por fortuna no generó daños irreparables contra la vida e integridad del protector y de la protegida es un mensaje claro de sectores de poder que continúan percibiendo la labor de las y los defensores de derechos humanos bajo la concepción de enemigos internos a los que hay que eliminar.


Hemos conocido del atentado contra el escolta de la defensora de Derechos Humanos, Claudia Girón, Ever Ávila Vega ocurrido hace unas horas en la ciudad de Cali. Esta operación armada que por fortuna no generó daños irreparables contra la vida e integridad del protector y de la protegida es un mensaje claro de sectores de poder que continúan percibiendo la labor de las y los defensores de derechos humanos bajo la concepción de enemigos internos a los que hay que eliminar y refleja al mismo tiempo la ausencia de garantías para que las organizaciones, en este caso, la Fundación Manuel Cepeda Vargas, en la que Claudia ejerce su dirección, acompañe análisis y propuestas de verdad, de justicia y de reparación integral.

Si el gobierno del presidente Santos no asume con decisión política la protección de las y los defensores de derechos humanos, enfrentando mentalidades institucionales que conciben esta legitima labor como necesaria y justa para la existencia de un Estado de Derecho, no expresa el respeto a investigaciones extrajudiciales que aportan al esclarecimiento de violaciones de derechos humanos y continúa alentando discursos a favor de la guerra, difícilmente las conversaciones que se desarrollan en La Habana con la guerrilla de las FARC y las que se adelanten con el ELN y EPL cimentaran una salida estable, duradera y sustentable para Colombia.

Bogotá, D.C. abril de 2013

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz

Foto: http://secure.humanrightsfirst.org/defenders/baldwin/2007/event.asp