NeoParamilitares amenazan a Comunidad de Vida y Trabajo La Balsita

Tres integrantes de las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), ingresaron en motocicletas, ayer sábado 29 de octubre aproximadamente a las 4:30 p.m. a la Zona Humanitaria de la Comunidad de Vida y de Trabajo La Balsita, ubicada a 5 kilómetros de Dabeiba.


Uno de los neoparamilitares llamado “David” afirmó que a los “marihuaneros” les darían una oportunidad, pero “a los violadores, ladrones y sapos, no les perdonamos una”.

Agregó que le sorprendía como había cambiado la Zona Humanitaria.

Expresó que las AGC estaban muy bien organizadas y que no venían actuando como antes, que aunque estuvieran armados no debían tener miedo. Precisó que ahora promueven la organización de las Juntas de Acción Comunal para facilitar el acceso a proyectos con instituciones de gobierno.

En su intervención manifestó que el motivo de su presencia era invitar a la comunidad a participar en una marcha por la paz que se llevaría a cabo el próximo 11 de noviembre. Indicó que, la marcha era organizada por las alcaldías y esta aportaría recursos para transporte, refrigerios, camisetas y gorras blancas. Sostuvo el llamado “David” que era necesario asistir a la Marcha porque todos los actores armados existentes en el país debían estar incluidos en el proceso de paz.

Entre tanto, los otros dos paramilitares procedieron a realizar registros fotográficos a la comunidad usando sus celulares.

Antes de retirarse anunciaron que regresarían.

Ocho días antes, el sábado 22 de Octubre, en el corregimiento de San José de Urama, a una hora de la cabecera municipal de Dabeiba, paramilitares de las llamadas AGC asesinaron y decapitaron a Jhon Faber Espinal Holguín, mientras se encontraba en medio de sus clases sabatinas.

El hecho ocurrió en presencia de sus compañeros de clase y profesores.

En el casco urbano de Dabeiba, como ocurre desde mediados del 2000, hay presencia permanente de exparamilitares que se sumaron al proceso de la ley 975, los mismos que hoy casi diez años después continúan operando bajo el nombre de AGC. La última presencia de paramilitares en la Comunidad de Vida y Trabajo La Balsita sucedió en el año 2004

Las manifestaciones de los neoparamilitares son graves por la intimidación y el aleccionamiento social que pretenden generar. El uso de la expresión “sapos” era para justificar posteriores ejecuciones o desapariciones por ser consideradas personas que apoyan a las guerrillas. La supuesta autoridad moral que argumentan promover y defender con la muerte violenta es absolutamente falsa, pues estas estructuras armadas directa e indirectamente controlan el microtráfico y el trabajo sexual. Causa absoluta preocupación e indignación la manifestación de la interacción de su actuar con la alcadía municipal lo que significaría una nueva fase de la parapolítica

Bogotá, D.C. octubre 30 de 2016
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz