La paz, entre la esperanza y el conflicto

Parece un contrasentido: mientras el presidente Juan Manuel Santos se declara esperanzado en que la negociación de paz llegará a buen puerto y así lo ratifican los negociadores de las Farc, ‘Marcos Calarcá’ e ‘Iván Márquez’, en la arena del conflicto la situación resulta diferente y tanto el Ejército como la guerrilla han fortalecido su accionar y se viene generando la impresión de que los diálogos no van para ningún lado.

Más allá las lecturas que se vienen dando, en especial de parte de quienes rechazan la negociación, es claro que desde el momento en que fue anunciado el proceso de paz con las Farc se acordó que no habría ningún tipo de tregua y que la discusión se daría en medio del fuego cruzado. No obstante, la guerrilla decretó de manera unilateral un cese de hostilidades, pero, concluido el 17 de enero, ha arremetido con mayor fortaleza.

Al secuestro de los policías Cristian Camilo Yate y Víctor Alfonso Sánchez y del soldado Josué Meneses, se suman incursiones armadas como el carro bomba que explotó en el corregimiento El Palo, municipio de Caloto (Cauca), donde murió un civil y un miembro de la Fuerza Pública; el atentado en una escuela en San Vicente del Caguán y el asesinato de tres policías en Maicao. Estos hechos han generado que la presión contra el proceso sea mayor.

Sin duda los mayores críticos provienen del naciente proyecto político de Centro Democrático que encabeza el exmandatario Álvaro Uribe Vélez. Sus escuderos, el exvicepresidente Francisco Santos, los exministros Óscar Iván Zuluaga y Carlos Holmes Trujillo, el senador Juan Carlos Vélez y el presidente de Fedegan, José Felix Lafaurie, han censurado el proceso sin ningún tipo de contemplaciones.

Pero la preocupación por el recrudecimiento del conflicto también está latente al interior del Gobierno. El vicepresidente Angelino Garzón cuestionó la actuación de la guerrilla y manifestó que “cada secuestro, crimen o atentado terrorista de las Farc es un tiro contra la voluntad de paz del presidente Juan Manuel Santos y del pueblo de Colombia”.

Ante el azaroso panorama, Gobierno y equipo negociador de las Farc han ratificado que los que sucede en el campo de batalla no tiene nada que ver con el diálogo de La Habana. El máximo jefe de la guerrilla, ‘Iván Márquez’, afirmó que “el diálogo va por buen camino” y señaló cada vez son mayores las coincidencias en la visión sobre lo que debe ser el desarrollo rural con justicia social en el país.
El presidente Santos hizo lo propio y manifestó su esperanza de lograr la paz. “Dejemos los odios a un lado, con odiar uno siempre pierde. Si hay voluntad, yo tengo fe que este año vamos a lograr la paz de este país”, afirmó el mandatario.

Guerrilla y Gobierno saben que el tiempo corre, y tal como ha manifestado el presidente Santos los diálogos tiene fijado como fecha de vencimiento el mes de noviembre. Aunque en el escenario de la guerra cada una de las partes está tratando de demostrar su fortaleza militar, a la hora de los acuerdos, es necesario que el diálogo La Habana concluya de manera exitosa.

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