La Masacre Awa reflejo de la violencia sistemática en Nariño

Como proféticamente lo ha denunciado la Diócesis de Tumaco, el mismo día que en la morgue de Tumaco se identificaban los restos de los pobladores indígenas, a su lado, se encontraban los restos de habitantes de Llorente.


El crimen de 12 personas de la comunidad indígena Awá es un reflejo de la grave y sistemática situación de violaciones de derechos humanos.

Como proféticamente lo ha denunciado la Diócesis de Tumaco, el mismo día que en la morgue de Tumaco se identificaban los restos de los pobladores indígenas, a su lado, se encontraban los restos de habitantes de Llorente.

Además, han constatado la desaparición forzada de personas y la situación de encierro en que se encuentran comunidades enterar de Nariño.

La situación tenderá a agravarse cuando entren a operar los militares y la logística de los Estados Unidos con un lugar de apoyo en el pacífico cerca de Buenaventura.

Si el Estado no asume responsablemente su decisión de construir la paz y persiste en el camino del arrasamiento con el aval y el control de los Estados Unidos, las víctimas se incrementarán.

Adjunto el Comunicado de la Diócesis de Tumaco sobre la masacre del pueblo Awá y la de otros pobladores de Nariño.

Bogotá, D.C. agosto 31 de 2009

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz

COMUNICADO PÚBLICO DE LA DIÓCESIS DE TUMACO SOBRE LA SITUACIÓN DE LA COSTA
PACÍFICA NARIÑENSE

“Dios escucha el sufrimiento de su pueblo” Éxodo

Ante la comunidad nacional e internacional hacemos pública la denuncia de
los últimos acontecimientos de la Costa Pacífica Nariñense que siguen
afectando gravemente la tranquilidad de toda la población de esta región:

1.- Una masacre anunciada

Con mucho dolor nos enteramos de la masacre ocurrida el 26 de agosto en el
resguardo indígena Awá el Gran Rosario – Municipio de Tumaco, donde fueron
asesinados doce indígenas, entre ellos 5 niños.

Según las últimas informaciones fue una masacre anunciada. El defensor del
Pueblo de Nariño afirmó en Consejo de Seguridad que habían emitido una
Alerta Temprana sobre este caso, por cuanto una de las víctimas había
denunciado ante la Fiscalía al Ejército Nacional como culpable del homicidio
de su esposo, ocurrido el 23 de mayo pasado, del cual ella era testigo y por
eso había recibido amenazas.

Este hecho de barbarie, donde ni siquiera se respetó la vida de un bebé de
ocho meses, ha demostrado la incapacidad de la fuerza pública de proteger a
la población civil. A pesar del aumento del pie de fuerza, aumentan las
víctimas y la inseguridad, lo que genera una gran desconfianza de la
población hacia quienes deben protegerla.

Lastimosamente lo anterior no es la única situación de grave violación a los
DD.HH y DIH. El mismo día 27 agosto cuando llevaron a los 12 indígenas Awá
asesinados a la morgue de Tumaco, ya había en ésta ocho cadáveres traídos
del corregimiento de Llorente, entre ellos una niña menor de edad,
asesinados en días anteriores.


2. Ponemos en conocimiento también los siguientes casos que deterioran la
situación en la Costa Pacífica Nariñense:

Los asesinatos siguen sucediendo diariamente. Según datos de Medicina Legal,
de enero a junio se cometieron 173 homicidios en el municipio de Tumaco,
pero otros datos confiables hablan de más de 260 homicidios.

En el mismo municipio de Tumaco se habla de que hay fosas comunes en el río
Chagüí, Candelilla de la Mar, la Guayacana y otras en la zona de frontera
con Ecuador. El fin de semana del 22/23 de agosto llegaron a la morgue de
Tumaco 7 cadáveres procedentes de unas fosas comunes de la Guayacana,
presuntamente asesinados hace tres o cuatro meses.

Además de los asesinatos hay 50 denuncias de desapariciones forzadas solo en
Tumaco, según datos oficiales ofrecidos a través de las emisoras locales.
En lo que va corrido del año, en la Costa Pacífica Nariñense se han
presentado diez (10) desplazamientos masivos. Entre ellos en el mes de Junio
se desplazaron forzosamente 517 personas al casco urbano de Tumaco de las
veredas de Chilvicito, Pindales y Kilómetro 28. Entre finales de julio y el
mes de agosto en los Municipios de Magüí 200 personas, El Charco unas 700
personas y en Mosquera 162 personas.

En este momento conocemos ocho comunidades confinadas en el Municipio de El
Charco.

Hay 62 educadores entre ellos varios rectores amenazados, de los cuales 14
han salido de la región. Lo mismo sucede con líderes de Consejos
Comunitarios y de población desplazada, que han tenido que huir de su
territorio, debilitando los procesos organizativos y de conciencia social.

A pesar de las denuncias es preocupante el aumento del reclutamiento de
jóvenes menores de edad por parte de los grupos armados ilegales.

Sigue creciendo la presencia de los grupos armados en los barrios, las
veredas y cabeceras municipales de los municipios de la Costa Pacífica
nariñense, sometiendo a la población a todos los niveles de arbitrariedades
de estos grupos.

Nos preocupa sobre manera la degradación del conflicto: el irrespeto a la
vida de los niños, jóvenes y mujeres y en muchos casos en estado de
embarazo. En los últimos dos meses tenemos conocimiento oficialmente del
asesinato, a veces bajo tortura y sevicia, de nueve menores de edad, entre
ellas de tres niñas.

3. Todo lo anterior evidencia una vez más la grave crisis de seguridad por
la que están pasando las comunidades de la Costa Pacífica Nariñense,
especialmente las comunidades afro e indígenas, que cada vez ven más
amenazado su territorio y su proyecto de vida.

Ante este panorama violento reiteramos en nombre de Dios a los diferentes
actores armados que respeten la vida de toda persona. Y a las autoridades
les exhortamos que cumplan su mandato constitucional y a través de hechos
concretos en defensa de la población demuestren que se puede confiar en
ellos.

Reiteramos a los medios de comunicación social que no oculten la catástrofe
humanitaria que está sucediendo en esta región y la visibilicen.

Apoyamos la reiterada solicitud de las organizaciones indígenas de un
acompañamiento permanente de la Comunidad Internacional en esta región, que
haga seguimiento a los procesos de investigación de las masacres ocurridas y
permita a la vez menguar la situación de violencia que vivimos en relación a
la violación de todos los Derechos.

“No me preocupa el grito de los violentos, ni de los corruptos,….
Lo que más me preocupa es el silencio y la ‘falsa calma’ de los Buenos.”

(Martin Luther King)