JOSÉ CALIXTO CUELTAN IMBACUÁN
27 de abril de 1996 – 27 de abril 2008
Memoria y Justicia
La voz de la sangre de tu hermano derramada en tierra, clama justicia, dice el Génesis, es el clamor de su seis hijos y su esposa, es el murmullo que se escucha en los espacios de la memoria que hoy se perpetúa entre las fumigaciones, entre el terror, la apropiación de tierras, la destrucciones de vida humana y la biodiversidad, de la nueva etapa de la guerra y de las nuevas dinámicas de control territorial con ejecuciones extrajudiciales y judicializaciones sustentadas en falsos testigos.
Hoy hace 12 años, el 27 de abril de 1996, unidades militares del ejército nacional ejecutaron a José Calixto Cueltán Imbacuán, indígena del pueblo de los Pastos, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda San Isidro, Municipio Valle del Guamuez, y miembro de la Asociación Campesina para el Desarrollo Integral del Sur del Putumayo, ACADISP.
Calixto en horas de la mañana estaba buscando un ternero para la fiesta de la junta de acción comunal, se encontraba junto con su hermano, arreando los novillos cuando se encontró con los militares. José separó a los novillos de tal manera que no afectara a los militares, a cambio recibió toda clase de insultos e improperios por parte de los regulares, a lo que este les exigió respeto. En el acto uno de los uniformados disparó su fusil, la bala atravesó al novillo y alcanzó a herir mortalmente a Calixto.
Mientras su hermano corría en busca de ayuda hacia la comunidad José con los signos vitales en gravedad, como un medio para asegurar la impunidad y obligar al silencio, revistieron el cuerpo del agente de pastoral con prendas militares. Inmediatamente, modificada la escena del crimen de Estado, los militares iniciaron la campaña psicológica para tergiversar la realidad, informando a los pobladores que habían herido a un guerrillero, otros indican que ha sido dado de baja, impidiendo que los vecinos se acercaran al cuerpo de Calixto. Cuando al lugar se acerca un automotor la comunidad se percata que aun José presenta signos vitales, deciden subir al carro por la fuerza para obligar a los militares a llevar de urgencia al hospital de La Hormiga a su hermano y vecino. Antes de ingresar Calixto fallece.
Hacia las 9:00 a.m. efectivos del ejército lo presentaron como guerrillero dado de baja en el caserío de Costa Rica, municipio del Valle del Guamuez. Cuando las autoridades civiles se enteran del crimen asumieron el trámite de recuperación del cuerpo ante los militares. Este crimen permanece en la impunidad, las lógicas de operación militar en el Putumayo reeditan esas prácticas de terror hoy 12 años después, los mandos de las estructuras armadas institucionales han sido ascendidos y gozan de los privilegios castrenses
Su sangre derramada ha sido semilla de fortaleza, esperanza y resistencia para la comunidad, su voz profética y martirial no ha callado, sigue susurrando entre las filigranas de la dignidad que enfrentan el terror.
José Calixto, defensor de los derechos, de la vida, seguidor del Proyecto de Dios, está presente entre nosotros desde el proyecto ACADISP.
Junto con Alcides Jiménez, Eugenio Mejía, Julio Tovar, nuestros mártires, luchó por la organización, la justicia y la paz entre los campesinos. Ellos dieron la vida por nuestros derechos.
Que así mismo seamos en la comunidad, como quienes murieron por nosotros, para servir a Dios afirmando la verdad y la dignidad, defendiendo los derechos de los campesinos
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz
Bogotá, D.C. 28 de Abril de 2008