Jener Javier Hoyos Zúñiga

Ha pasado a la historia Jener Javier Hoyos Zuñiga. 

Defensor ambientalista, líder social campesino de Sucre, Cauca.

Jener Javier arraigado a su territorio, dedicó gran parte de su vida al fortalecimiento  organizativo del pueblo sucreño, territorio del macizo colombiano para afrontar la ambición de empresas privadas transnacionales del oro, el petróleo y el agua.

Desde la Asociación Campesina Bien Andantes espacio de trabajo con jóvenes, buscó la confluencia organizativa para la exigencia del respeto a los derechos de su comunidad y de los sistemas vivos del territorio.

El Cerro Negro y el río Mazamorras son dos espacios emblemáticos por los cuales Jener Javier encausó su trabajo. Caminó estos lugares recreando e implementando nuevas formas de trabajo, buscando el reconocimiento territorial y la sensibilización para su protección.

En la memoria colectiva están las caminatas ecológicas al Cerro Negro y la triatlón por la defensa del territorio, el Agua y la Paz;  la visita de la Comisión Ética de la Verdad que junto a Jener, palabra a palabra, fueron reconstruyendo desde la afirmación de la vida, retazos de dolor que el paramilitarismo sembró en sus amadas tierras sucreñas, las secuelas del conflicto armado y los inconfesables intereses de poderosos que quieren privatizar el agua y explotar desde dentro a la madre tierra.

Jener lideró la conformación del comité del acueducto comunitario, en la defensa del agua como bien común y contra  la privatizacion del acueducto comunitario.

Como campesino orgulloso de su identidad, aportó elementos esenciales para la constitución de la Zona de Biodiversidad El Arca, espacio de proteccion, encuentro y prácticas de producción ambientalmente equilibradas y sostenibles.

En el mejor recuerdo por la construcción de un modelo de sociedad distinto, sin violencia, sin guerra, sin injusticia, sin desigualdades, Jener permanece vivo en el alma de la comunidad de Sucre departamento del Cauca.

Gracias por tu vida, tu ejemplo, tu convicción y tu siempre cálida sonrisa, que nos enseñó a levantarnos cuántas veces sea necesario del dolor, superándolo y afirmando la vida como bello existir.