Informe sobre Desarrollo Humano 2019

Prólogo

La oleada de manifestaciones que se han producido en numerosos países es un claro signo de que, para el progreso de la humanidad, hay algún aspecto de nuestra sociedad globalizada que no funciona.

La ciudadanía está tomando las calles por diferentes motivos: el coste de un billete de tren, el precio del petróleo, reclamaciones políticas de independencia.

Existe, sin embargo, un hilo conductor: la profunda y creciente frustración que generan las desigualdades.

Para entender cómo se debe abordar el desasosiego actual es necesario mirar “más allá del ingreso, más allá de los promedios y más allá del presente”, como propone este Informe sobre Desarrollo Humano.

Con demasiada frecuencia, los análisis de la desigualdad se limitan al terreno económico, partiendo de la idea de que el dinero es lo más importante en la vida. Sin embargo, esta hipótesis hace chirriar las sociedades; pese a que la población puede protestar por sus dificultades económicas, el verdadero protagonista de esta historia es el poder. El poder de unos pocos, la falta de poder de muchos y el poder colectivo de la ciudadanía para exigir un cambio.

Para ir más allá del ingreso será necesario combatir intereses (léase normas sociales y políticas) profundamente arraigados en la historia y la cultura de una nación o un determinado grupo.Con el fin de mirar más allá del presente, el Informe sobre Desarrollo Humano 2019 analiza el auge de una nueva generación de desigualdades.

Junto a la reducción de la brecha de los niveles de vida básicos —con un número sin precedentes de personas que consiguen huir de la pobreza, el hambre y las enfermedades en todo el mundo— se observa también que las capacidades que necesitarán las personas para competir en el futuro inmediato han evolucionado.

Se ha abierto una nueva brecha en el campo de la educación superior y el acceso a la banda ancha, oportunidades que anteriormente se consideraban un lujo y que hoy en día son cruciales para competir y hacerse un hueco en la sociedad. Sobre todo en una economía del conocimiento en la que cada vez son más los jóvenes con estudios, conectados y sin opciones para ascender en la escala social. 

Al mismo tiempo, el cambio climático, la desigualdad de género y los conflictos vio- lentos siguen provocando y consolidando las desigualdades básicas y otras nuevas que van surgiendo. Tal como se expone en el Informe sobre Desarrollo Humano, si no somos capaces de abordar estos desafíos sistémicos, las des- igualdades se profundizarán y se consolidará el poder y el dominio político en manos de unos pocos.

Hoy en día tenemos ante nosotros la cresta de una ola de desigualdad. Lo que ocurra a continuación dependerá de las decisiones que tomemos. La desigualdad comienza en el momento del nacimiento, define la libertad y las oportunidades de los niños, adultos y personas mayores y se transmite a la siguiente generación. De igual modo, las políticas destinadas a prevenir las desigualdades también pueden seguir el ciclo vital.

Desde las inversiones pre-mercado laboral en la salud y la nutrición de los niños de corta edad hasta las inversiones de mercado y postmercado laboral en pro del acceso al capital, los salarios mínimos y los servicios sociales, los políticos y responsables de la formulación de políticas disponen de una batería de opciones que, si se combinan correctamente para responder al contexto de cada país o grupo, se traducirán en una inversión en igualdad y sostenibilidad a lo largo de toda la vida.

La adopción de este tipo de decisiones comienza con un compromiso de abordar el desarrollo humano en toda su complejidad y traspasar los límites para ayudar a los países y comunidades a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Esta es la misión fundamental del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y del trabajo conjunto que lleva a cabo con los 170 países y territorios a los que sirve.

Hace unos 40 años, el profesor Amartya Sen, padre del desarrollo humano, formuló una pregunta engañosamente simple: ¿igualdad de qué? La respondió con idéntica sencillez: de las cosas que nos importan para construir el futuro al que aspiramos.

Las palabras del profesor Sen nos ayudan a adoptar una nueva mirada; a ver más allá del crecimiento y los mercados para entender por qué la gente se lanza a las calles para protestar, y qué pueden hacer los líderes al respecto.

Quisiera expresar mi agradecimiento a todas aquellas personas que han colaborado con nosotros en esta investigación a lo largo de los últimos 12 meses, y les animo a leer este Informe. 

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