Ha pasado a la historia Clemente Alvarado López

Don Clemente como se le decía, fue víctima de varios desplazamientos; en el departamento del Putumayo vivió el horror del actuar paramilitar y debió desplazarse en dos ocasiones defendiendo su vida y la de su familia, fue torturado psicológicamente por estas estructuras en aquella región.


Cuando Clemente Alvarado regresó a su natal tierra de Argelia Cauca, junto a sus hijas e hijos logró consolidar una propuesta de economía familiar, con siembras diversificadas en su finca, actividad en la que el señor Clemente jugó un rol importante como conocedor con fundamento de la labor agraria, del territorio, de costumbres y tradiciones campesinas que fueron enseñadas a sus hijas, hijos y nietos.

En charlas sostenidas con el señor Clemente, con una paciencia particular característica en él, y con su mirada profunda, entre lágrimas y risas recordaba que cuando creía que en su vida había algo de tranquilidad, que lo triste y doloroso vivido anteriormente no le volvería a tocar; nuevamente padeció junto a su familia un nuevo hecho que ha afectado profundamente su vida y la de su familia. La imborrable fecha del 12 de noviembre de 2009 en el Corregimiento del Mesón Alto, cuando paramilitares denominados los Rastrojos desaparecieron a sus hijos OVER ERNEY MUÑOZ Y JESUS OLEIVER ALVARADO, quienes se encontraban trabajando, este hecho generó un nuevo desplazamiento forzado al señor Clemente y a la totalidad de su familia.

Desde el mismo momento del hecho, el señor Clemente se convirtió en un incansable buscador de la verdad y de la justicia sobre este hecho, encontrando en muchos funcionarios de entidades gubernamentales y estatales reacciones negativas a las exigencias del cumplimiento de sus derechos, en varias ocasiones fue re-victimizado al no gozar de crédito a sus denuncias.

Clemente caminó indeclinablemente contra la impunidad, por encontrar a sus hijos, se aferró a la esperanza de encontrarlos con vida, esto obviamente le generaría problemas en su salud, la pena moral empezaría afectarle emocional. Por eso, el considera que junto a su familia son víctimas de un crimen de Estado y de lesa humanidad, sus hijos fueron desaparecidos por paramilitares que han actuado con la complacencia y omisión de la policía y del ejército colombiano que hacen fuerte presencia en esta región.

Gracias a su tesón, a pesar del dolor de la desaparición forzada de sus hijos, logró mantener unida a su familia en la apuesta de exigencia de verdad, justicia y memoria de sus hijos. Así se logra que junto a otras familias desplazadas del municipio de Argelia, fueran beneficiados con medidas cautelares de la CIDH el 01 de julio de 2010. Y el 01 de noviembre de 2013 los restos de Oliver y Over fueran exhumados.
Clemente después de recibir los restos de sus hijos empeoró en su salud, su pena moral fue mayor, pero a pesar de esto, continuó animando a su familia en seguir exigiendo y afirmando el derecho a la verdad y a la justicia, conocer los nombres de los responsables por la desaparición de sus hijos, el estado y avance de los procesos de investigación, la vinculación de los paramilitares en los procesos que se adelantan por estos hechos.

Clemente Alvarado López parte del lado de su familia y de quienes le conocimos y aprendimos de él, pero permanece presente en la memoria familiar y colectiva de su comunidad; parte físicamente dejando un compromiso, continuar en la exigencia de la verdad y de la justicia por lo sucedido con sus hijos, como de las otras víctimas de crímenes de estado.

25 de junio 2015

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz