GERARDI

1. La Basura del Mundo
“Basura como nosotros: Atribulados, perplejos, perseguidos, derribados” (Cfr 2cor 4, 7-10). “(…) “Estamos al lado de algunos que ocupan el último lugar, como condenados a muerte, somos burlados por el poder mundo. El poder es bien considerado y nosotros despreciados. Hasta hoy seguimos con los que pasan hambre y sed, falta de ropa y malos tratamientos (…). Trabajamos con nuestras manos hasta cansarnos. La gente enceguecida nos insulta, aunque nosotros intentamos abrir los ojos, nos persiguen pero seguimos resistiendo, nos calumnian y entregamos palabras de verdad. Hemos llegado a ser como la basura del mundo, como el desecho de todos hasta el momento”. (1cor 4, 9-13).


La basura del Mundo, siguiendo la inspiración que nace de lo desechado, de lo que no cuenta en las lógicas del poder imperial, en las lógicas del terrorismo, de las lógicas del mercado global, desde ese ser hablamos, escribimos, nos pronunciamos.
Desde el desecho espejo que contradice la imagología de la belleza, del bienestar y del progreso del sistema cimentado en el crimen, en la corrupción, en el uso de la ley para oprimir, de la libertad para la esclavitud.
Desde el desecho a la manera del Pablo de la tradición judeo cristiana, o de miles de creyentes y humanistas tratados como escoria por los que tienen el alma, la sensibilidad, la razón infestada de ambición, de acumulación, de engaño y de destrucción para sostener su poder.
Desde el desecho que intenta decirle al unanimismo de la humanidad el valor de la verdad, de la justicia, de la solidaridad, de la autodeterminación, de la dignidad
Desde ese lugar de la costumbre en los foros de Davos los “costos sociales” de la democracia que tiene en ciernes la posibilidad del futuro del planeta y la existencia de la humanidad
Desde ese lugar olvidado en instalaciones en donde se niega la divinidad hablando de ella.
Desde ese lugar utópico de la solidaridad y del desprendimiento, de la apuesta y del riesgo, de la desinstalación y de la fe al estilo de Jesús que desafiaron con su práctica a los generadores de desechos.
Desde ese lugar de los que eligen las causas de los empobrecidos para resistir, afirmando, transformando, creando.
Desde el desecho en donde la divinidad, la trascendencia se cimienta como lugar de diálogo de los creyentes por la justicia, por una nueva humanidad en un planeta en crisis ambiental.
Desde el desecho en donde el diálogo se fundamenta en los pensadores de la fe, desde el lado que está al margen o por fuera de las instituciones que controlan a “Dios”
Desde ese lugar poco publicitado, omitido u ocultado desde los privilegios del poder instituido de la fe, sí, desde la basura. En contravía, en minoría, en disidencia, en objeción a los dioses legitimadores del imperio, del terror, de las iglesias.
Son palabras de múltiples “fes” por la esquiva verdad, por la utopía de la justicia, por el pan para todos, por los derechos iguales, por la vida del planeta, por ellas, por ellos.
Voces que sonarán fuertes, de difícil escucha o comprensión en el consentimiento de los totalitarismos bendecidos, también por las iglesias, por las religiones.
La basura del mundo, un lugar desde el basurero, en comunión de expresiones religiosas hinduistas, islamistas, judaistas, cristianas.

2. Martirio de Monseñor Juan Gerardi

El 26 de abril de 1998, en horas de la noche, fue brutalmente asesinado, en el garaje de su casa, el obispo guatemalteco JUAN GERARDI.

Monseñor GERARDI fue víctima de atentados, padeció el exilio en Costa Rica, fue presidente de la Conferencia Episcopal Guatemalteca, obispo del Quiché, en época más cruenta de la guerra. GERARDI promovió desde el Derecho a Saber, a la Verdad y a la Memoria, la Recuperación de la Memoria Histórica, “Remhi”. Allí se documentaron los crímenes del Estado guatemalteco contra pobladores civiles en medio de la confrontación armada que padeció ese país centroamericano. Dos días antes de su asesinato, el 24 de abril de 1998, Monseñor hizo la presentación pública del informe.

En respuesta del poder, los criminales, los de la propia iglesia, los militares, los empresarios y terratenientes se ampararon en el silencio de la noche, para acabar, a golpes, con la vida de Monseñor GERARDI. Su cabeza fue brutalmente triturada. Ese altar de la memoria que fue el cerebro de Monseñor GERARDI perdió su forma física y trascendió en tomos y páginas de Internet, con su Nunca Más tortura, Nunca Más asesinatos; Nunca Más desapariciones; Nunca Más Olvido ni impunidad.

Entre los victimarios vinculados al proceso judicial por el crimen, se encuentran dos militares y un sacerdote. De los militares, en las democracias y en la dictadura del continente, esto se espera. Pero tampoco sorprende que entre los que armaron la coartada criminal se encuentre un sacerdote, abrazado, como en otros lugares del continente, a las amarras del poder.

Gracias a Monseñor GERARDI su testimonio es hoy una apuesta por la memoria, el nadar en contra de la corriente, aún en el interior de su propia iglesia. Es una palabra que cuestiona a las conferencias episcopales de nuestros países sobre el valor de la memoria, de la verdad y del derecho a saber, de los pueblos para que no se repita ni se produzca ni se justifique ningún tipo de genocidio, de exclusión a nombre de la democracia y de Dios. GERARDI fidelidad al Evangelio desde los derechos humanos en nuestro continente, cuando la impunidad, como en la de su amada Guatemala, sigue reinando.

3. La verdad, fuerza de la paz
El Movimiento Monseñor Juan Gerardi conmemora el noveno aniversario del violento asesinato de este obispo católico, por cuyo crimen cumplen sentencia dos militares y un sacerdote.
GERARDI, de 75 años, fue asesinado a golpes en la cochera de la casa parroquial de la iglesia San Sebastián, en la capital, el 26 de abril de 1998.
El violento crimen se produjo unas 54 horas después de que el obispo auxiliar de Guatemala había presentado el informe de la “Recuperación de la Memoria Histórica (REMH) Guatemala: Nunca más”, en el que documentó más de 55.000 casos de violaciones a los derechos humanos.
La mayoría de casos fueron atribuidos al Ejército.
El Movimiento Monseñor Juan Gerardi, integrado por una veintena de organizaciones humanitarias y religiosas, anunció hoy que el noveno aniversario de su crimen se conmemorará con varias actividades.
Desde el 24 al 26 de abril permanecerá abierta la cripta que contiene los restos el asesinado obispo, en Catedral Metropolitana, para que los fieles puedan visitarla, según explicó la organización en un comunicado.
La Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODAHG), creada por Gerardi, celebrará una actividad cultural en su memoria el próximo miércoles en el Museo de la Universidad de San Carlos.
A primera hora del 26 de abril, está prevista una eucaristía en la iglesia San Sebastián, en donde también se inaugurará una exposición fotográfica.
Mientras que en la Catedral Metropolitana se celebrará una eucaristía y luego saldrá una caminata hasta la iglesia de San Sebastián, con la que terminará la conmemoración del noveno aniversario del crimen del religioso.
El coronel Byron Disrael Lima Estrada y su hijo el capitán Byron Lima Oliva cumplen desde marzo de 2005, una condena de 20 años de prisión como coautores del asesinato del obispo guatemalteco.
El sacerdote Mario Orantes también cumple una sentencia similar pero por complicidad en el crimen Otro procesado por el crimen de Gerardi fue el guardaespaldas presidencial Obdulio Villanueva, quien fue asesinado en febrero de 2004 durante un motín en la Cárcel para Hombres de la Zona 18, en el este de la capital.

4. Mártir de la Memoria
Al buen pastor Gerardi, mártir de la memoria”. Por Pedro Casaldáliga.
Venías del Quiché, del Quiché mártir;
de la tierra arrasada;
de los muchos exilios de tu Pueblo;
de una larga agonía de silencios y esperas;
de unos altos volcanes, contenidos
de indignación profética….
Querías “construir un país otro”,
soñabas una nueva Verapaz.
“La construcción del Reino tiene riesgos”,
lo sabías muy bien, pero vivías
los derechos humanos como sueños divinos;
con tu sed de justicia verdadera;
en tu opción por las víctimas, que son también los pobres.
Venías libre y fuerte, curtido en Evangelio,
vestido de una chumpa popular,
con buen humor chapín,
Juanito, monseñor, sabio y correcto
como un patriarca maya.
Levantaste tu voz en el Congreso,
en los foros del mundo,
y el informe del REMHI y de la ODHA
recogían, por fin, la voz callada,
la verdad de la Historia.
Vigía de la noche y de la aurora,
pastor de un Pueblo insomne,
la paz necesitaba la firma de tu sangre
y la diste, total, limpia y hermosa
como un cáliz de Pascua.
Quebrantaron tus ojos, porque vieron
la masacre de un Pueblo;
la concha de tu oído que acogió su clamor interminable;
tu boca profetisa que le ha devuelto el canto….
Pero en tu rostro, roto por el odio,
como en un colectivo lienzo de la Verónica,
han reaparecido todos los rostros muertos,
vivientes para siempre!
Las columnas matrices de nuestra catedral
han puesto al sol de Dios y de la Historia
los nombres que ha marcado la sangre del Cordero.
Y el 26 de Abril se ha vuelto fecha-hito,
aleluya pascual de marimba y claveles,
kairós de libertad en la Iglesia y la Patria.
La piedra que trizó tu cuerpo ungido
te hizo piedra angular de la memoria viva.
Vamos a hacer verdad de la memoria
y “esa verdad será que no hay olvido”.
Habrá perdón, pero no habrá olvido.
Juramos: “Guatemala: ¡Nunca más!”
Nunca más dictaduras ni masacres,
ni miedos suicidas, ni cómplices silencios.
¡Siempre más Guatemala, libre, india, fraterna!
Y granará el maíz de la justicia maya,
florecerá la paz en las orquídeas

 blancas de luz, moradas de memoria-,
y el vuelo del quetzal bordará la utopía.
Tu muerte, buen pastor, no ha sido en vano.
Guiados por tu ejemplo, nosotros seguiremos
forjando la verdad y la justicia,
dando la voz al canto enmudecido,
dando esperanza al Pueblo caminante,
dando la vida al Reino de los pobres.
Las sombras del poder y la mentira
pretenden empañar, inútilmente,
la gracia de tu gloria.
¡Ya estás en plena Luz, en vera Paz,
y eres la Iglesia viva, la nueva Guatemala!
¡Nadie nos borrará de la memoria
tu memoria, Gerardi,
mártir de la Memoria !