“Fue un error tratar a Lula como un bandido”: Frei Betto

El teólogo brasileño, exasesor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, analiza el grave escándalo de corrupción que vinculó a uno de los presidentes más respetados del continente. Habla de los errores y la crisis de la izquierda latinoamericana.


El Partido de los Trabajadores (PT) era la autoridad moral de la política en Brasil. Desde su creación en 1980, la nueva formación de izquierda, cuyo líder era el obrero metalúrgico Luiz Inácio Lula da Silva, criticó los vicios de la derecha y decretó que los corruptos eran los capitalistas. Los revolucionarios, decían, eran ajenos a las perversiones del poder y se cubrieron con la bandera de la ética. Eso hasta 2003, cuando llegaron y comenzaron a verse salpicados por lo que antes criticaron. Hoy los principales líderes del partido están bajo procesos penales o investigados.

La corrupción, sin embargo, no es un mal exclusivo de un partido político en Brasil. Hay historiadores que sugieren que este mal a nivel estatal tuvo su mayor auge en tiempos de Getulio Vargas y de ahí en adelante no ha cesado. De hecho, la operación Lava Jato, que investiga el pago de millonarios sobornos en la petrolera estatal brasileña Petrobras, ha vinculado a cuatro expresidentes: Fernando Henrique Cardoso (del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, PSDB), Luiz Inácio Lula da Silva (del gobernante Partido de los Trabajadores, PT), Fernando Collor de Melo (actual senador del Partido del Trabajo de Brasil, PTB, de Alagoas) y la presidenta, Dilma Rousseff (PT).

Sin embargo, la justicia sólo ha detenido (por tres horas) a Lula para tomar su declaración. Un error, según el teólogo brasileño Frei Betto, exasesor del primer gobierno de Lula.

¿Qué tanto pesan las elecciones de 2018 en el involucramiento de Lula en el escándalo de corrupción de Petrobras?

Hasta ahora, la manera como Lula fue conducido para rendir declaraciones ante las autoridades, resultó a su favor. Una posible candidatura del expresidente se fortaleció, pues no hay pruebas de que él esté involucrado en el escándalo de corrupción. Fue un error del juez Sergio Moro tratar a Lula, un doble expresidente que sacó a 40 millones de personas de la miseria, como un bandido.

¿Qué tanto le afecta a la presidenta Dilma Rousseff la vinculación de Lula, su padrino político, en el escándalo de Petrobras?

Lula y Dilma tienen sus diferencias, pero ahora están más juntos que nunca. El efecto de la detención de Lula salió al revés. Es que tampoco hay pruebas de que Dilma esté involucrada en el caso de corrupción.

¿Cree que la presidenta terminará su mandato o la oposición logrará adelantar el juicio político?

Es muy difícil hacerle un impeachment (juicio político) a Dilma. Sobre todo porque el presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, está acusado de serios hechos de corrupción. Dilma va a seguir siendo presidenta. Los que quieren sacarla del poder son la gente que quiere dar un “golpe blanco”, como ocurrió en países como Honduras y Paraguay.

Desde el retorno a la democracia, en Brasil se “instauró” una especie de esquema de favores a cambio de apoyos políticos. Algo que criticaban los partidos como el PT, que al final sucumbió.

¿No es imperdonable que esto pase en un gobierno liderado por el PT de Lula da Silva?

Sí, como afirmo en mi libro La mosca azul (Ciencias Sociales, La Habana), el PT ha cometido el error de hacer alianzas promiscuas y así ha perdido sus tres más emblemáticos símbolos: ser el partido da le ética;,ser el partido de organización política de la clase trabajadora y ser el partido del futuro socialista de Brasil.

¿Saldrá el Partido de los Trabajadores bien librado de tantos escándalos de corrupción?

Petrobras no es el único que vincula a algunos de sus miembros.

El tiempo lo dirá. El Partido de los Trabajadores se equivocó, tomó el violín con la mano izquierda y lo tocó con la derecha.

¿Vive Brasil uno de los momentos más complejos de su historia política?

Sí, pero hemos vivido otros momentos parecidos, como en el gobierno de Fernando Collor de Mello (destituido acusado de montar un gran esquema de corrupción política). Como somos un país muy fuerte económicamente, creo que si Dilma Rousseff asume el programa anunciado en su campaña política de 2014, vamos a salir adelante. En este momento Dilma ha rechazado este programa y Brasil parece a una nave sin rumbo.

¿Cómo llegó Brasil a este punto?

Por las alianzas promiscuas hechas por el PT en el Congreso y por no haberles dado valor, protagonismo, a los movimientos sociales, el PT como expresión política nació de ellos.

¿Está en crisis la izquierda latinoamericana?

En los últimos meses vemos cómo la derecha aprovecha las fisuras de gobiernos progresistas provocadas por la corrupción, el mal uso de los recursos públicos, la cooptación de instancias del estado, el precario manejo de la economía y la tentación de quedarse en el poder.

Sí, los gobiernos progresistas han cometido dos graves errores: no organizar políticamente al pueblo, lo que yo llamo “alfabetizacion política”, y dos, no crear bases de sustentabilidad de desarrollo interno. Eso sumado a la dependencia de exportaciones de materias primas, ahora elegantemente llamadas commodities.

En Venezuela, Argentina y Bolivia, por nombrar algunos ejemplos, están regresando los partidos tradicionales al poder.

¿Va Brasil por el mismo camino?

Si Dilma no cambia su política económica, mi temor es que pasemos del Estado de Derecho a un Estado de la Derecha.

¿Qué quedó de la revolución bolivariana, del Brasil para todos, etc.? ¿Cuál fue el gran error de estos proyectos políticos?

El error más grave fue darle primero a la gente acceso a los bienes personales: televisión, celular, nevera, horno, carro, etc. Así se creó una nación de consumistas y no de ciudadanos. Deberían haber comenzado por invertir en bienes sociales, como hizo Europa Occidental al inicio del siglo XX: salud, educación, vivienda, transporte, saneamiento, etc.

¿Lula volverá a ser candidato presidencial?

Sí, a menos que muera antes o que Dilma Rousseff llegue a 2018 con menos del 10 % de aprobación.

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