Enredos de una petrolera

El caso de una familia que poseía un terreno en donde brotó petróleo. Apareció una multinacional para adquirirlo. Hoy la empresa es de Pacific Rubiales.


Hacia las seis de la tarde del 8 de febrero de 2001, un grupo del bloque Tolima de las autodefensas ingresó a la vereda Cañada Alta, del municipio de Guamo, y desplazó a una familia que se oponía a vender sus fracciones de terreno a una compañía de petróleo. Por esta acción la Fiscalía investigó y precluyó a la exgerente de la firma Kappa Resources Colombia Ltda., Luz Amparo Briceño Triana, pero la Procuraduría anunció que apelará la decisión, pues cree que existió un concierto para delinquir con fines de desplazamiento forzado.

Esta historia tiene como protagonista al ciudadano Arcadio Murillo Murillo, quien reiteradamente, a lo largo de los años, envió cartas a la Presidencia, a la Fiscalía y a la Procuraduría para que actuaran en defensa de varias familias campesinas que habían sido desplazadas de sus predios en Guamo, a través de paramilitares que habían sido patrocinados económicamente por la petrolera Kappa Resources. Después de tanta insistencia, finalmente en abril de 2009, la Fiscalía de Ibagué ordenó escucharlo para evaluar sus denuncias.

Arcadio Murillo declaró que todo empezó cuando la compañía petrolera, al saber que existía crudo en los predios de su familia, empezó a presionar su compra logrando las firmas de algunos de los miembros de la familia. Pero como algunos no accedieron a la negociación, el 8 de febrero se presentó la acción ilegal de las autodefensas, en la cual una persona resultó inválida. Murillo sostuvo que el apoyo del bloque Tolima estuvo en la gerente de la petrolera, Luz Amparo Briceño, y aportó una foto de la ejecutiva con los paramilitares.

Con esta declaración la Fiscalía ordenó escuchar a varios miembros del bloque Tolima, hoy sometidos a la Ley de Justicia y Paz y privados de la libertad. El primero en comparecer fue Filiberto Núñez, quien ofició como patrullero de la organización y ratificó que hacia febrero de 2001 la señora Amparo Briceño contactó a uno de los comandos del bloque Tolima y le pasó “mucha plata”. Según él, la orden de alías Víctor fue sacar a la gente de la finca y a cada uno de 18 hombres que participaron en la acción les dieron de a “50 mil lucas”.

A su vez, Norbey Ortiz Bermúdez, comandante de tropa del bloque Tolima, al rendir su testimonio manifestó que él estuvo en la reunión en la que los comandantes Víctor y Elías estuvieron con Amparo Briceño en el Hotel Real de Guamo, y que allí se planeó el desplazamiento de esas familias. Incluso, se acordó dar de baja a Evaristo Murillo. Después relató que fueron en el mismo vehículo, pero al llegar se formó una balacera. Luego la familia Murillo abandonó la región. Ortiz Bermúdez aceptó su responsabilidad en esos hechos.

Con este par de testimonios la Fiscalía de Ibagué abrió la investigación y ordenó la vinculación mediante indagatoria de 10 personas, entre ellas la exgerente de Kappa Resources. Uno a uno los procesados, todos de las autodefensas menos la ejecutiva, fueron aportando su versión. Por ejemplo, Ricaurte Soria, alias Orlando, tras aceptar los cargos, añadió que se dio una ayuda mutua entre la empresa multinacional y las autodefensas, y por concretar el desplazamiento, se dieron $150 millones para la organización al margen de la ley.

Óscar Oviedo, alias Fabián, añadió que no fue una sino dos reuniones y que en la vereda Luisa García, en una casa que llamaban Las Piscinas, al terminar la tertulia entre su comandante y una señora de quien decían era representante legal de un pozo de petróleo, alias Víctor dijo que había que desplazar a la familia Murillo. Después agregó que una vez empezara la exploración petrolera, habría más dinero para la compra de armas, material de intendencia y municiones. El objetivo militar era Evaristo, porque era quien más molestaba.

En septiembre de 2010, la Fiscalía escuchó a Luz Amparo Briceño, quien negó los cargos. Además, argumentó que la empresa Kappa Resources desde agosto de 1998 llegó a un acuerdo sobre la venta de los derechos sucesorales en la finca La Estrella y perfeccionó legalmente la compra de los predios. Negó cualquier tipo de reunión con las autodefensas, tampoco aceptó haber entregado $150 millones y calificó las acusaciones en su contra como una locura y “una sartalada de mentiras” para tratar de implicarla en acciones delictivas.

La administradora del Hotel Real de Guamo admitió que Luz Amparo Briceño se alojó en el establecimiento y que se reunió con miembros de la familia Murillo, pero nunca con las autodefensas. El abogado Hernando Díaz, quien actuó como secuestre en la medida cautelar sobre el predio, precisó que la empresa Kappa tenía unos derechos adquiridos en forma legal y que sí se enteró de unos problemas porque se habían corrido las cercas respecto a un lote donde habitaba una señora Flor María Murillo con algunos de sus nietos.

También declaró Humberto Ospina, quien representó los intereses de la empresa Kappa en más de 12 procesos instaurados por la familia Murillo. En su testimonio puntualizó que hubo negociación desde 1999, pero que se presentaron problemas porque la familia Murillo solicitó sumas adicionales de dinero. Y agregó que la única integrante de esa familia que vivía en aquel tiempo en la zona era Flor María, quien decidió de manera voluntaria la entrega del bien y como parte del acuerdo recibió una casa en el municipio de El Espinal (Tolima).

El expersonero del Guamo aclaró que en su momento se supo de malos entendidos entre los propietarios de la finca y la empresa petrolera, porque algunos de sus dueños alegaban que se había negociado mal. Cada que se presentaban los problemas, Amparo Briceño acudía a la Personería y pedía apoyo de la Policía y la Alcaldía. El expersonero Carlos Arturo García añadió que en esa época sólo vivía en el lugar una señora de la familia Murillo y que nunca hubo desplazamiento alguno, como tampoco paramilitares en la zona.

El 17 de enero de 2011, la Fiscalía Sexta Delegada ante los Jueces Penales de Ibagué se abstuvo de dictar medida de aseguramiento contra los exparamilitares y la ejecutiva Amparo Briceño. No obstante, el caso siguió su curso y aparecieron nuevas declaraciones, en especial la de Flor María Murillo, quien relató que su papá les dejó una herencia de cinco hectáreas a 11 hermanos y que cada uno tomó una franja de 14 metros. Ella les compró su pedazo a tres de sus hermanos. Después vendió a la empresa Kappa por amenazas contra su vida.

Aún así, hace una semana la Fiscalía ordenó precluir el caso, pues no consideró pertinente llamar a juicio a los procesados. La Procuraduría había expresado una postura contraria y, de hecho, solicitó que fueran acusados. En su criterio hay compromiso penal de la exgerente de la empresa Kappa Resources en los delitos de concierto para delinquir con fines de conformar y financiar grupos al margen de la ley y desplazamiento forzado, pues son los mismos miembros de las autodefensas quienes de manera libre, expresa y voluntaria lo han confesado ante Justicia y Paz.

Por eso, ya anunció que insistirá en el caso, pues tampoco comparte la postura de la Fiscalía en el sentido de que las investigaciones deben realizarse en un contexto temporal razonable, pues el paso del tiempo desdibuja la obligación del Estado para investigar y juzgar los autores o partícipes de delitos en forma seria, parcial y eficaz. En otras palabras, que no se puede renunciar a la acción penal mientras el caso no prescriba. En consecuencia, cree que el desplazamiento de la familia Murillo en Guamo (Tolima) y la presunta participación de la empresa Kappa debe ser objeto de juicio.

La cruzada de los hermanos Murillo

Años después de que se iniciara el litigio, la familia Murillo diseñó la página: http://familiamurillo.8m.com. Allí cuentan su historia, el proceso, las pruebas más importantes del caso y exhiben fotografías, entre otros asuntos. Y resumen su caso: “El día 8 de febrero la representante de la empresa Kappa, la señora Luz Amparo Briceño, envió 10 hombres fuertemente armados a iniciar el bombeo de petróleo, cuando la familia Murillo se arriman a la alambrada que separaba su casa del pozo petrolero, para enseñarles a los representantes de Kappa la disposición legal que prohibía el bombeo de crudo, los hombres armados al servicio de la empresa Kappa sin mediar palabra empiezan a disparar, hiriendo a cuatro de los hermanos, dos levemente heridos, uno quedo inválido, otro perdió movilidad de uno de sus brazos”.

Unión Kappa Resources y Pacific Rubiales

Pacific Rubiales surgió en 1982 con el descubrimiento del campo Rubiales. Parte de su éxito se debe a que muchos de sus directivos eran expertos en el negocio petrolero, como quiera que venían de Pdvsa de Venezuela. Desde 2000 intensificó la explotación de crudo en ese campo con buenos resultados y empezó a crecer en coincidencia con el aumento de los precios internacionales del crudo. Por eso adquirió otras grandes compañías y sus filiales, y se convirtió en la segunda empresa después de Ecopetrol. Entre estas adquirió, en 2008, Kappa Energy Holdings Limited y de paso su filial Kappa Resources Colombia Ltda., en momentos en que el conflicto con los Murillo ya estaba en los estrados judiciales.

De esta manera, entre los múltiples negocios que hoy tiene Pacific Rubiales y que eran de Kappa está la explotación de campos como ‘Las Quinchas’, ‘Cachimbero’ o ‘Abanico’. El Espectador quiso conocer la opinión del vocero de Pacific Rubiales, pero no fue posible.