ELN desconoce Zona Humanitaria

El jueves 12 de octubre a eso de las 8:00 p.m., a la Zona Humanitaria de Nueva Esperanza, en Jiguamiandó, un grupo de hombres vestidos con sudadera y camiseta militar ingresaron a comprar a una de las tiendas.

Con mucho temor, quienes atendían vendieron algunos productos en medio del silencio de los habitantes que allí se encontraban.

Dos horas después, a las 10:00 p.m., y cuando un pequeño grupo de los habitantes dormían, otros por la extraña presencia pernoctaban fuera y otros se mantenían vigilantes, ingresaron a la Zona Humanitaria entre 30 y 40 hombres armados.

A pesar del pánico miembros de la comunidad hombres y mujeres, abordaron al grupo armado que se ubicó en la caseta comunitaria donde usualmente realizan asambleas.

Los líderes solicitaron dialogar con el mando, en respuesta uno de ellos se identificó como “Rogelio”.

Éste expresó que él y sus hombres eran integrantes del ELN; sostuvo que era responsable de toda la zona y que llegaban a Nueva Esperanza para quedarse.

La comunidad le manifestó que él y sus integrantes debían salir de la Zona Humanitaria, y le explicaron el origen de esta figura basada en el Derecho Internacional Humanitario. Agregaron los líderes que desde el año 2000 este mecanismo de protección civil les había permitido proteger su vida y libertad en medio de las operaciones militares del Estado y la guerrilla.

A “Rogelio” le manifestaron que ellos están violando un espacio que es exclusivo de la población civil, que estaba amparado por la CIDH. Los afrocolombianos precisaron que en la Zona Humanitaria está prohibido el ingreso de hombres armados legales e ilegales.

En respuesta “Rogelio” expresó que él y sus hombres se quedarían. Los líderes reiteraron que ellos cómo civiles quedaban en riesgo debido a que se estaban desarrollando en la zona operaciones militares y neoparamilitares, que ellos han denunciado.

“Rogelio” respondió que luego de 20 años están retomando el territorio y aseveró que estaban en Nueva Esperanza porque sabían que en la Zona Humanitaria escondían a dos paramilitares.

La comunidad exigió presentar pruebas de esa acusación y debían quedar al tanto que en una Zona Humanitaria no hay armados y que se iba a denunciar a nivel nacional e internacional lo que estaban haciendo contra la población que dicen defender.

Las discusiones se dilatan y, la comunidad no logró que las unidades del ELN se retiraran de la Zona Humanitaria, algunos de los integrantes de la comunidad durmieron fuera de su lugar de habitación, otros pasaron en su interior en zozobra

Los integrantes del ELN ocuparon los espacios vacíos de algunas casas, el salón comunal, la iglesia y la escuela.

Al día siguiente, el viernes 13 de octubre los habitantes de Nueva Esperanza decidieron no enviar los niños, niñas, jóvenes a clases como medida de prevención de un eventual enfrentamiento y evitar señalamientos de ser informantes.

Durante la presencia en la Zona Humanitaria el ELN controló los espacios de llamadas telefónicas.

En la Zona Humanitaria se encontraba un mototaxista de Belén de Bajirá, quien estaba brindando el servicio de transporte al técnico del Kiosko Vive Digital.

A eso de las 8:30 am Integrantes del ELN le acusaron de ser paramilitar y que tenía que acompañarlos, porque sabían que los mototaxistas “son paramilitares“. Debido a la respuesta del joven éste logró proteger la vida.

El ELN convocó a las 10:00 a.m., en la caseta comunal a una reunión comunitaria en la que expresaron que venían a retomar el territorio, declararon como blanco militar a viciosos, a ladrones, a sapos y a paramilitares.

Los líderes le expresaron al ELN que debía investigar primero antes de obrar y de hacer falsos señalamientos generaban graves daños.

En la reunión la comunidad les reiteró que esta vulneración de la Zona Humanitario la iban a denunciar, que ya están avisados, pues hay muchas organizaciones que están vigilantes.

A las 7:00 p.m., el ELN abandonó la Zona Humanitaria

Estas comunidades negras y afromestizas de Jiguamiandó y Curvaradó que habitan en Zonas Humanitarias han denunciado el despojo violento de las tierras por paraempresarios palmeros y bananeros; las operaciones militares “Septiembre negro”, las Operaciones Rastrillo de 2001, la militarización para la empresa Muriel Minig, ha sufrido 15 desplazamientos forzados y más de 150 asesinatos y desapariciones forzadas.

Desde 2001 crearon las Zonas Humanitarias basados en el DIH.

Hoy la operación del ELN que desconoció la propuesta humanitaria de la población en Jiguamiandó se suma las operaciones militares con graves violaciones de derechos humanos y las operaciones neoparamilitares en Jiguamiandó que dejan en grave riesgo a la población.

Se espera que el escenario abierto en la mesa de Quito posibilite el acceso a las partes gobierno y ELN para que se aseguren garantías para esta iniciativa de aplicación del Derecho Humanitario y de ejercicio de libertad de protección de la vida, de libertad de expresión y de asociación, como son las Zonas Humanitarias.

 

Bogotá, D.C., octubre 14 de 2017

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz