Ejecuciones Extrajudiciales de Hortensia Tunja, Manuel Antonio Tao y heridas a William Cañacue por Unidades Militares en Inza Cauca

Nuestra Constancia y Censura Moral ante la responsabilidad estatal en el crimen de HORTENSIA NEYID TUNJA CUCHUMBE, de 17 años y MANUEL ANTONIO TAO PILLIMUÉ, de 21 años, ejecutados extrajudicialmente por efectivos regulares del Batallón Piguanza, las heridas graves causadas a WILLIAM JOSÉ CUNACUÉ MEDINA, de 26 años, campesinos de la vereda de San Antonio, municipio de Inzá, departamento del Cauca, en hechos ocurridos el pasado 8 de enero en horas de la madrugada, las intimidaciones, las amenazas y el desarrollo de montajes judiciales y mediáticos como mecanismo de justificación de los daños irreparables


Bogotá, D.C. Marzo 22 de 2006

FRANCISCO SANTOS

Vicepresidente de la República


SABAS PRETEL DE LA VEGA

Ministro del Interior y de Justicia

MARIO IGUARAN

Fiscal General de la Nación

EDGARDO MAYA VILLAZON

Procurador General de la Nación

VOLMAR PEREZ

Defensor Nacional del Pueblo

Ref: Ejecuciones Extrajudiciales de HORTENSIA TUNJA, MANUEL ANTONIO TAO y heridas a WILLIAM CAÑACUE por Unidades Militares en Inza Cauca

“Con su orgullo el impío al infeliz oprime, ¡oh, quede preso en la redada que le ha urdido! Se jacta el impío de sus caprichos, blasfema y desprecia al justo” Salmo 9

Nuestra Constancia y Censura Moral ante la responsabilidad estatal en el crimen de HORTENSIA NEYID TUNJA CUCHUMBE, de 17 años y MANUEL ANTONIO TAO PILLIMUÉ, de 21 años, ejecutados extrajudicialmente por efectivos regulares del Batallón Piguanza, las heridas graves causadas a WILLIAM JOSÉ CUNACUÉ MEDINA, de 26 años, campesinos de la vereda de San Antonio, municipio de Inzá, departamento del Cauca, en hechos ocurridos el pasado 8 de enero en horas de la madrugada, las intimidaciones, las amenazas y el desarrollo de montajes judiciales y mediáticos como mecanismo de justificación de los daños irreparables

* Sábado 7 de enero de 2006, hacia las 9 00 p.m. HORTENSIA NEYID TUNJA CUCHUMBE en compañía de WILLIAM JOSÉ CUNACUÉ MEDINA, partieron en motocicleta de la vereda San Antonio hacia Belén, caseríos del municipio de Inza, para participar en una fiesta tradicional.

* Domingo 8 de enero de 2006, siendo las 3:20 a.m. WILLIAM y HORTENSIA salieron de la fiesta hacia sus casas en el caserío San Antonio. Segundos después se encontraron con MANUEL ANTONIO TAO PILLIMUÉ quien también vive en San Antonio, los tres se movilizaron en una motocicleta, al llegar a la salida del caserío a unos 100 metros de la última vivienda de Belén, sorpresivamente militares les dispararon con sus fusiles por la espalda.

MANUEL y HORTENSIA fallecieron inmediatamente. WILLIAM quedo herido en sus dos piernas, se arrastro por el suelo hasta llegar a una zanja por la que logro acceder a un potrero. Minutos después se encontró con un poblador quien lo traslado al centro de salud de San Antonio para ser atendido, allí llegaron aproximadamente a las 400 a.m., en el trayecto informaron de lo sucedido a varios campesinos. WILLIAM junto con un vecino se trasladaron de San Antonio al municipio de La Plata para buscar ser atendido en el hospital de dicha localidad.

A La Plata llegaron aproximadamente a las 7:45 a.m. mientras donde fue atendido en el Hospital. Al sitio humanitario medico ingresaron minutos después efectivos del Cuerpo Técnico de Investigaciones, CTI, y militares, quienes abordaron a WILLIAM, tomándole fotografías e interrogándolo por los hechos.

A eso de las 11:00 a.m. WILLLIAM fue intervenido quirúrgicamente por la gravedad de sus impactos de bala en las dos piernas.

Mientras esto ocurrió con WILLIAM desde las 4:00 a.m. hasta las 11:00 a.m. , a las 4:00 a.m. la campesina LUZ MARINA CUCHUMBE, madre de HORTENSIA TUNJA CUCHUMBE, se traslado al lugar de los hechos luego de conocer que algo había ocurrido con su hija. 10 minutos después, en Belén, observo la moto de WILLIAM CUNACUÉ tirada en la mitad de la carretera y en una cuneta al lado de la vía el cuerpo sin vida de HORTENSIA, que se encuentra boca abajo, a un lado se encontraba el cuerpo de MANUEL. En el momento en que LUZ MARINA se encontraba al lado de su hija fue rodeada por un grupo de aproximadamente 20 militares del Batallón Piguanza, que se encontraban con los rostros cubiertos con pasamontañas, al igual, que sus insignias y apellidos ocultos.

Los militares alumbraron el rostro de la mujer campesina con una linterna mientras le gritaron: “¿Qué hace ahí hijueputa guerrillera?”, mientras le apuntaron con armas largas. Al responder que HORTENSIA era su hija, les pregunto a los militares: Por qué esta muerta?, los efectivos regulares respondieron: “esta muerta por andar en malos pasos, y también matamos al comandante MANUEL”.

Posteriormente, los militares le preguntaron por el nombre de la persona con la que se encontraba HORTENSIA y su paradero, a lo que su madre respondió con el nombre WILLIAM pero manifestando desconocer su paradero. Luego los militares le manifestaron a LUZ MARINA, que a las 6:00 a.m. llegaría la Fiscalia, ordenándole a la campesina abandonar el lugar, a los que ella se opuso en ese momento los efectivos regulares procedieron a sacarla del lugar del crimen por la fuerza.

Aproximadamente, a las 6:00 a.m. LUZ MARINA CUCHUMBE en compañía de alrededor de 100 personas de la vereda San Antonio llegaron nuevamente al sitio de los hechos buscando a los integrantes de la Fiscalia. El ejército guardo silencio respecto a la presencia de la Fiscalía y les impidió ingresar al lugar hasta donde horas antes estaban los cuerpos sin vida de HORTENSIA y MANUEL. A la distancia LUZ MARINA constato que el cadáver de su hija ya no se encontraba en el lugar, por lo que pregunto a los militares en donde se encontraba a lo que estos respondieron que se encontraba en la fiscalía de La Plata.

Ante la negativa de los militares de manifestar su identidad, los pobladores se aglomeraron exigiendo conocer el nombre del Batallón al que pertenecían, solicitud que el presidente de la Junta de Acción Comunal de Belén realizo permanentemente a través de megáfono hasta que los militares forzosamente expresaron que eran efectivos del Batallón Piguanza de Neiva, sin que descubrieron sus rostros ni dejaron ver los apellidos o insignias en sus uniformes.

Es de anotar que minutos después de las 4:00 a.m. las mismas unidades militares irrumpieron en la sede de la Junta de Acción Comunal, donde se celebro la fiesta, apuntando con su armas largas a los pobladores que allí se encontraban. Los regulares con los rostros cubiertos con pasamontañas, los apellidos y las insignias cubiertas amenazaron a los campesinos y los golpearon con la culata de los fusiles. Los campesinos les solicitaron identificarse sin que los militares lo hicieran. Ante los reclamos, uno de los efectivos regulares afirmó: “Los muertos vayan a cobrárselos a Uribe”.

Igualmente, a las 4:30 a.m. efectivos militares detuvieron en el lugar de los hechos la camioneta de servicio publico de propiedad y conducida por OMAR PILLIMUÉ, quien se movilizaba de San Antonio a Belén con 8 pasajeros. Simultáneamente, la pobladora FIDELINA PILLIMUÉ, madre de MANUEL ANTONIO TAO PILLIMUÉ, llego al mismo lugar, los militares les impidieron continuar, los requisaron y les preguntaron qué hacían ahí. La madre de MANUEL expreso que estaba averiguando por su hijo, quien podía estar herido o muerto. Los militares le expresaron que no había ningún muerto y le preguntaron a FIDELINA por WILLIAM afirmando: “donde esta ese hijueputa, sabemos que se fue herido, lo queremos a él”.

A las 5:30 a.m. los militares ordenaron bajar a los pasajeros del vehículo y continuar su camino a pie. Al conductor OMAR PILLIMUE, quien se quedo con su padre, los efectivos regulares les ordenaron transportar los cuerpos sin vida de HORTENSIA y MANUEL, la motocicleta de WILLIAM y a siete efectivos militares como custodia hasta Puerto Valencia, poblado del municipio de La Plata, Huila, distante a hora y media de Belén.

De Puerto Valencia los cadáveres de HORTENSIA y MANUEL, fueron trasladados en otro vehículo hasta la base militar del municipio de La Plata, allí los cuerpos sin vida fueron exhibidos junto a equipamiento militar que supuestamente se les incauto y fueron presentados ante los medios de información como guerrilleros muertos en combate.

* Martes 10 de enero de 2006, en horas de la mañana durante su convalecencia en el hospital de La Plata un sujeto extraño ingreso a la habitación de WILLIAM JOSÉ CUNACUÉ preguntando por “JOSE BERTULFO”, que fue el nombre publicado en el Diario El Huila, en la edición del 9 de enero, como testigo de los hechos. Una de las enfermeras que se percato de la situación, le solicito identificarse a este hombre, pero este se retiro sin mediar palabra.

En la tarde de ese mismo martes, la fiscalía, en un falso proceso judicial acuso a WILLIAM de rebelde. WILLIAM se vio impelido a rendir indagatoria.

* Miércoles 11 de enero, aún en delicado estado de salud, WILLIAM fue sacado del hospital en un camión del ejército abarrotado de soldados y transportado a la cárcel de La Plata. En el centro de reclusión no lo recibieron ante la ausencia de una orden judicial. De allí WILLIAM fue llevado a la fiscalía donde tampoco lo encarcelaron. Los militares lo condujeron al calabozo de la Policía de La Plata donde pernocto.

* Jueves 12 de enero, en horas de la tarde WILLIAM fue conducido por la Policía de La Plata a la cárcel, pero el Instituto Nacional Penitenciario, INPEC, se negó a recibirlo argumentando que no existía una orden judicial para hacerlo.

* Viernes 13 de enero, la policía de La Plata trasladó a WILLIAM al hospital para un chequeo medico y la valoración de medicina legal.

Hacia las 9:00 a.m. aproximadamente la Policía le manifestó que debía firmar un acta de buen trato.

Posteriormente WILLIAM fue conducido a la cárcel de La Plata en donde estuvo recluido hasta el miércoles 18 de enero.

* Domingo 29 de enero a las 9:00 p.m., dos personas desconocidas en la región ingresaron al caserío de San Antonio, preguntando por JORGE ENRIQUE CUNACUÉ, el padre de WILLIAM JOSÉ CUNACUÉ, al no encontrarlo dejaron el siguiente mensaje: “piérdase que esto por aquí se va a complicar”.

* Miércoles 8 de febrero a las 7:00 p.m. dos personas que se movilizaron en una moto de alto cilindraje ingresaron al caserío de San Antonio colocándose enfrente de una casa cercana a la de LUZ MARINA CUCHUMBRE. Los dos hombres dejaron allí la moto y se movieron por toda la vereda, preguntaron a algunos pobladores por la ruta que conduce hacia Belén, generando temor entre sus habitantes.

A eso de las 10:00 los hombres salieron del lugar

* Sábado 11 de febrero a las 4:00 p.m. el militar PEDRO QUINTERO residente en el caserío La Mesa, abordó a la señora LUZ MARINA CUCHUMBE a quien acusó falsamente de haberlo señalado a él y otros soldados de ser los responsables de la muerte de su hija HORTENSIA NEYID TUNJA CUCHUMBE. El integrante de la unidad de profesionales afirmo que HORTENSIA ordeno a la guerrilla su muerte, por lo que las hacia responsable de cualquier daño que le ocurriera a él o su familia. Luego de estas falsas acusaciones e intimidaciones directamente dirigidas contra LUZ MARINA, el militar se retiro del lugar.

Luego de haber conocido los testimonios sobre la vida de HORTENSIA, MANUEL y WILLIAM y a la población de San Antonio y Belén, no deja menos que causarnos profundo asombro el comportamiento militar, lamentamos que los principios del Estado de Derecho que deben regir, animar las labores militares se continúen traspasando como algo que hace parte de nuestra costumbre, que no existe asombro ni repulsión ante el delito.

Por eso, señor Vice Presidente de la Republica, FRANCISCO SANTOS, quisiéramos respetuosamente preguntarle, si se ha informado y solicitado al Presidente ALVARO URIBE VELEZ la remoción inmediata de todos los mandos y efectivos militares que durante los días 7, 8, 9 de enero participaron en el crimen de HORTENSIA Y MANUEL, y que hirieron a WILLIAM; si conoce de las actuaciones de la unidad profesional, PEDRO QUINTERO, que amenazó a la madre de HORTENSIA, LUZ MARINA CUCHUMBRE, si aun existen razones para que sea la Justicia Penal Militar la que continúe avocando el caso.

Al señor Fiscal General de la Nación, MARIO IGUARAN, quisiéramos solicitarle respetuosamente, el traslado del falso proceso judicial contra WIILLIAM JOSE CANACUE MEDINA a la unidad de Derechos Humanos e iniciar la investigación sobre la unidad de Fiscalia de La Plata que inició el absurdo e infame vinculación de este poblador como miembro de la guerrilla. Tememos que el ente investigador este siendo usado en contra derecho como mecanismo de ocultamiento y de justificación de los hechos

Creemos que los hechos de la madrugada del 8 de enero constituyen un signo indefectible de los efectos negativos de la aplicación de las políticas de seguridad. Las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que se produjo este crimen de estos humildes campesinos evidencian que no había posibilidad de confusión con combatientes de un grupo armado.

Nuestra Censura Moral ante la actitud desafiante a la justicia, pues no siendo suficiente la responsabilidad en el crimen el ejército, de una manera completamente ilegal trasladó los cadáveres, alteró la escena de los acontecimientos y ha intentado contra todas las evidencias justificar su actuar criminal. No solo se ha pretendido inculpar a los muertos de pertenecer a la subversión si no que además, a quien pudo sobrevivir, y quedo mal herido como WILLIAM se le acusa judicialmente, en horas, como guerrillero. Y como ha sido ya usual, la técnicas premeditadas para la impunidad, los autores mantuvieron cubiertos sus rostros con pasamontañas y su cuerpo con suéteres negros, no permitiendo reconocer algún tipo de distintivo que los identificara, amenazaron y golearon a los habitantes de Belén. Y luego, completando el circuito del encubrimiento, cuando la mentira debe continuar sustentándose se acude al montaje mediático, por eso los cuerpos sin vida de MANUEL y HORTENSIA fueron presentados como guerrilleros.

Todas las actuaciones evidencian que se actúa CONTRA DERECHO, porque el Derecho existente es el DERECHO como ESTADO DE HECHO. Hoy la población de SAN ANTONIO, los familiares, los testigos son hostigados, son señalados, son los perseguidos. Igual lo único propicio ante la evidencia es actuar como el gato. Ocultar es construir la “Verdad”.

Ante este escenario construido sobre cimientos que distorsionan el Estado de Derecho, los apelamos actuar en Derecho, propiciando un enderezamiento de las actuaciones militares, lo que será posible desde las actuaciones eficaces conforme a sus responsabilidades institucionales, de lo contrario la brecha entre la legitimidad y la ilegitimidad del Estado para estas comunidades irá creciendo y será en algún momento de la historia que sean los tribunales internacionales, quienes juzgue estas inhumanas actuaciones.

De toda consideración,

COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ