Dinámicas de afirmación del derecho a la Paz – Entre el incumplimiento a la implementación del Acuerdo y la reconfiguración del conflicto armado

Estudio de cambio a largo plazo Christian Aid y Comisión Intereclesial de Justicia y Paz

La búsqueda de la Paz no es un camino fácil, las dificultades que genera colocar unos mínimos que permitan acordar el restablecimiento de un escenario relacional deshecho, cuando se trata de un conflicto armado que ha durado varias décadas como es el caso colombiano, implica reconocer responsabilidades y asumir compromisos en aras de generar ambientes ideales para que la construcción de esa Paz sea estable y duradera.

Si bien un buen sector de la sociedad colombiana ha creído y respaldado el proceso de paz firmado entre el gobierno colombiano y las FARC-EP, también hay una sensación de frustración ante las diversas formas de atacar este proceso por parte de contradictores, sectores de derecha entre los que se encuentra el mismo partido de gobierno, que cuenta con un significativo número de representantes en el poder legislativo quienes han manifestado abiertamente su descontento con el proceso.

El incumplimiento a la implementación del Acuerdo firmado y refrendados entre las partes, el asesinato sistemático a los firmantes de la paz, a líderes y lideresas sociales, a defensores y defensoras de Derechos Humanos, ambientalistas, el señalamiento a los movimientos de oposición al  gobierno, el ataque a la Corte Suprema de Justicia, el continuado uso de los servicios de inteligencia estatales asesorados y apoyados desde Estados Unidos desdibujan los fundamentos de un Estado social de derecho. La suma de estas y otras acciones que pretenden negar las posibilidades y el sueño de la construcción de la paz evidencia la continuada vulneración de derechos a la sociedad colombiana, especialmente de las comunidades de la Colombia rural donde se vive la intensidad del conflicto armado.

El tema de la seguridad entendida como la capacidad del establecimiento para confrontar a sus contradictores, o a su enemigo político, ha implicado un fortalecimiento del aparato armado del Estado colombiano, en otros términos, en otras formas de nombrar las cosas, Colombia revive la política de la seguridad democrática, cuestionada, con un alto índice de aumento de violación a Derechos Humanos, de despojo territorial y pérdida de la soberanía nacional.

Retomando el planteamiento de Alfredo Rangel, uno de los acérrimos defensores de la política de seguridad democrática del exmandatario Álvaro Uribe Vélez, en un artículo por el año 2008 expresaba:

“Para avizorar el tema de la paz y la seguridad en Colombia en un ejercicio de prospectiva es imprescindible empezar anotando que en la actualidad se está viviendo una coyuntura trascendental, puesto que está marcando un punto de inflexión de alcances históricos en la dinámica de la confrontación interna. En efecto: durante los últimos veinte años los adversarios armados e ilegales del Estado colombiano se habían venido fortaleciendo sin pausa, al tiempo que el Estado se debilitaba al no crecer su capacidad de contención al mismo ritmo en que aumentaba la potencia de sus enemigos. En contraste, son ahora los enemigos del Estado colombiano los que se están debilitando como nunca antes en el pasado, mientras simultáneamente crece a un ritmo inusitado la capacidad del Estado para combatirlos. En términos puramente cuantitativos esto se expresa en el hecho de que en los últimos años, mientras el Ejército Nacional ha pasado de tener 120.000 efectivos a contar con 180 mil hombres y la Policía Nacional ha crecido de 90 mil agentes a cerca de 120 mil, los grupos paramilitares descendieron de 16 mil hombres a cerca de 3 mil, la guerrilla de las FARC pasó de 18 mil combatientes a unos 10 mil y el ELN descendió de 4.500 a 1.500

En suma, los hombres armados que defienden legítimamente al Estado aumentaron en un 42%, mientras los que lo combaten ilegalmente disminuyeron en un 62%. A esto hay que agregar un avance tecnológico sin precedentes de los organismos estatales en comunicaciones, inteligencia, movilidad, equipos y entrenamiento, así como un creciente apoyo ciudadano a las políticas estatales de seguridad, que ha ido aparejado con un aumento del aislamiento y la impopularidad de los grupos armados ilegales.

Estos hechos tan importantes tienen su origen en lo que ha sido la política de seguridad y de fortalecimiento del Estado de la administración del presidente Álvaro Uribe que se fundamentó en los avances realizados por la administración anterior de Andrés Pastrana, durante la cual se inició el Plan Colombia, ambicioso programa de cooperación de Estados Unidos con el Estado colombiano que ha incluido desde sus inicios un componente de ayuda militar muy significativo. Pero es necesario resaltar que un importante mérito del presidente Uribe ha sido poner el tema de seguridad en el centro mismo de la agenda política nacional. Es muy curioso constatar que un país que ha vivido durante decenios con unos problemas graves de seguridad nunca había puesto en un lugar principal este tema. Pues bien, durante la campaña electoral el entonces candidato y hoy presidente Álvaro Uribe lo hizo y el pueblo colombiano lo premió con un respaldo contundente”[1].

El actual gobierno de Iván Duque, en esa misma línea enfoca sus objetivos al fortalecimiento del aparato militar, desatendiendo las necesidades y derechos de los ciudadanos. En el contexto del país se evidencia el recrudecimiento del conflicto armado con la reestructuración de actores armados, estructuras herederas del paramilitarismo, disidentes de las Farc, firmantes de la paz agrupados en la nueva Marquetalia, bandas armadas al servicio del narcotráfico, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, ELN, un reducto del Ejército Popular de Liberación, EPL, y dentro de este universo de actores, las instituciones armadas del Estado colombiano, como la Policía y Ejército.

Lo paradójico de esta situación es que a mayor pie de fuerza militar del Estado colombiano existe una mayor movilidad de actores armados que controlan y afectan la vida de las comunidades a lo largo y ancho del territorio nacional. El control social, económico, político y cultural es cada vez mayor, esto se ha denunciado a través de distintos medios.

En el marco de esa política de seguridad democrática, haciendo uso de toda la infraestructura de los departamentos de inteligencia e incorporando nuevas tecnologías para el espionaje contra activistas sociales, líderes y lideresas, congresistas, magistrados, constructores de paz, militares implicados en el Acuerdo, defensoras y defensores de Derechos Humanos, observadores internacionales, etc., se ha desarrollado una feroz actitud contra la Paz, que parte del seguimiento minucioso de las actividades de quienes han sido considerados más que opositores, enemigos del establecimiento.

Este escandaloso hecho, que ha llevado a remover ministros, militares de alto rango ha desnudado la pretensión del actual gobierno, garantizar impunidad a personalidades de renombre nacional que tienen responsabilidad en lo que ha sido el desarrollo del conflicto armado, en el auspicio de la creación de estructuras armadas de extrema derecha para beneficiarse del desplazamiento forzoso despojando de sus territorios a miles de pobladores rurales.

La Coordinación Colombia Europa Estados Unidos, sobre esta delicada situación en un comunicado público dejó clara su preocupación por la deslegitimación del Estado colombiano

Continuidad y sistematicidad de espionaje y persecución a defensores y defensoras desde la inteligencia militar.

Una vez más, y como ha sido de manera recurrente en los últimos años, los medios de comunicación han puesto al descubierto operaciones de espionaje ilegal perpetrado desde batallones y brigadas de inteligencia y contrainteligencia que dependen directamente del Comando de las Fuerzas Militares. En esta ocasión, al menos 130 líderes sociales, defensores y defensoras de derechos humanos,  entre los que figura el Colectivo de Abogados “José Alvear Retrepo”, periodistas nacionales y extranjeros, políticos de oposición e incluso algunos mandos militares que estuvieron vinculados a tareas relacionadas con el proceso de paz, fueron objeto de “perfilaciones” y “trabajos especiales” que implicaban seguimientos, recopilaciones de datos sobre sus comunicaciones privadas, teléfonos, correos electrónicos, lugares de vivienda y trabajos, datos de sus familias y personas de contacto, intromisiones a su intimidad e incluso interceptaciones de sus comunicaciones. Para esto, se utilizaron herramientas informáticas y de software adquiridas mediante de recursos de cooperación de la agencia de inteligencia militar de los Estados Unidos.

Estos programas de seguimiento informático, efectuados en esta ocasión entre los meses de febrero y diciembre de 2019, no constituyen eventos aislados, sino que se inscriben en prácticas reiteradas que se vienen desarrollando de manera continuada al menos desde el año 2002, cuando desde las más altas autoridades del Estado, se puso en marcha a través del antiguo Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) una estrategia de persecución y seguimiento contra defensores de derechos humanos, dirigentes políticos de oposición, periodistas y magistrados que investigaban los vínculos con paramilitares de familiares y dirigentes cercanos al entonces Presidente de la República”[2].

Reflexiones desde la línea de investigación sobre el cambio a largo plazo

En continuidad con el proyecto Estudio de Cambio, las reflexiones se han orientado a analizar como la política de seguridad, bandera del gobierno, en los territorios donde se encuentran ubicadas las comunidades meta de este estudio, es una política de desatención y de desprotección, de continuidad de un conflicto armado que se recrudece, de comunidades controladas por la presencia de actores armados. Es frente a esta situación que los grupos base del estudio de cambio de la comunidad  Wounaan Nonam de Unión Agua Clara en el bajo San Juan y de la comunidad negra de San Francisco de Asís en el río Naya analizan cómo responder desde su condición de población civil a ese contexto de continuidad de la guerra y negación al derecho de la Paz.

Reflexión Comunidad Unión agua Clara

¿Cómo su comunidad está pensando los mecanismos de protección frente a la presencia de los actores armados en su territorio?

“La población indígena tenemos claro que hay que estar siempre unidos, entonces nuestra unidad es la primera forma importante para protegernos. Como pueblos ancestrales tenemos unas creencias y una espiritualidad que nos identifica y eso está en nuestro territorio, con nuestros médicos hierbateros que son los jaivanás, entonces hay que fortalecer más el trabajo de los hierbateros para nuestra protección y la del territorio.

Tenemos cuatro principios: Unidad, Territorio, Autonomía y Cultura, si llevamos a cabo cada uno de estos principios nuestra comunidad y las comunidades hermanas vamos a tener mucha fortaleza, para esto es importante las capacitaciones constantes con niños, jóvenes, mujeres, hombres mayores, es decir con toda la comunidad.

La capacitación en gobierno propio, la ley de Origen, Derecho Mayor, Derechos Humanos es algo que debemos trabajar y colocarlo en práctica, porque es de esta manera que podemos exigir el respeto a los actores armados. Si estamos unidos, nos capacitamos en nuestros derechos y tenemos autonomía ningún actor armado podrá sacarnos de nuestros territorios.

El fortalecimiento a los BenkhuɄn y Pildeceros quienes trabajan desde la espiritualidad Wounaan formas de protección de nuestra vida, la identidad cultural y el territorio, buscando la armonización y equilibrio para poder tener el control territorial desde nuestra autonomía comunitaria.”

¿De qué manera el grupo de estudio de cambio cree que puede aportar a la comunidad en el trabajo de protección frente al conflicto armado?

“Nosotros como grupo de estudio de cambio podemos orientar a la comunidad con lo que aprendemos en los talleres y encuentros a los que nos invitan, por ejemplo, del conflicto armado que viven otras comunidades con las que compartimos, que están haciendo en sus territorios los actores armados y como están resistiendo las comunidades.

Varios del grupo de estudio de cambio queremos capacitarnos más para apoyar nuestra comunidad, unos vamos a entrar al diplomado y queremos aportar ideas a la comunidad con lo que aprendamos ahí.

Nosotros estamos apoyando con algunos temas, pero queremos dar charlas y talleres a los niños (as), adolecentes, jóvenes y mayores (as). Concientizar a la comunidad sobre los derechos humanos, el territorio y otros temas.

Apoyar a la comunidad en los trabajos comunitarios y distintas actividades.

Queremos aportar animando a la comunidad a conocer los límites territoriales y la estrategia de los resguardos humanitarios biodiversos como espacios de protección, también de los sitios sagrados ancestrales que deben protegerse.

También nos gustaría promover las iniciativas sobre las prácticas culturales: Danza, artesanías, deporte, etc.”

¿Cuáles creen que pueden ser las estrategias de la comunidad para prevenir daños por el conflicto armado?

Como pueblo Wounaan Nonam es importante conocer las reseñas históricas de los pueblos indígenas como sus mitos y leyendas, porque esto permite ver como la comunidad trabajaba la armonización, hay que volver a estas prácticas para vivir con más tranquilidad en el territorio.

“Practicar las rogativas culturales; rogativas a Dios (Ĕwandam), danzas tradicionales, esta práctica cultural la hemos hecho siempre y con ella buscamos la protección de nuestra vida y la del territorio.

Refrescamiento del territorio con la medicina tradicional, nuestros médicos los Jaivanás conocen de las plantas medicinales que están en los sitios sagrados del territorio, con esas plantas pueden trabajar sus conocimientos para que haya armonización y la comunidad no corra peligros por el conflicto armado. El problema es que nuestros médicos tradicionales no pueden ir a los sitios donde están las plantas porque hay presencia de actores en el territorio, y eso si nos hace sentir mal.

Promoción y prevención a los jóvenes y niños, hay que trabajar mucho con ellos porque los actores armados quieren reclutarlos para la guerra, como comunidad buscamos protegerlos por esos es que se debe trabajar mucho con ellos.

Hay que denunciar lo que está pasando en el territorio, por ejemplo, el confinamiento en que estamos por el conflicto armado y por la pandemia, el control que están haciendo los actores armados a todas las comunidades del territorio, los retenes que hacen para cobrar impuesto a las personas que necesitan salir con urgencia del territorio a hacer diligencias y la Infantería de Marina no hace nada.

También creemos que hay que volver a colocar las vallas que nos identifican como resguardo humanitario, para que las vean y las respeten los actores armados.

Como comunidad hemos firmado varias cartas que se les ha enviado a todos los actores armados y al presidente para que se acabe el conflicto armado y podamos vivir en paz, hasta el momento nos han informado que el presidente Duque no ha contestado las cartas. Somos muchas comunidades las que estamos de acuerdo con que se acabe el conflicto armado y por eso las hemos firmado.

Hemos ganado una tutela que se colocó por que el gobierno nos ha desprotegido en esta pandemia, los actores armados andan libremente por nuestro territorio, para el cumplimiento de esa tutela, se debe hacer un control perimetral por parte de la infantería de marina en los puntos que nosotros como comunidad digamos, lejos de nuestra comunidad y para que controlen a los actores armados.”

¿En la comunidad se permite la participación de todas y todos para tomar las diferentes decisiones que vayan en beneficio de la comunidad?

“En nuestra comunidad si permite la participación de todas las personas. En algunos espacios toman la decisión la guardia, autoridad.”

 

La participación para toda la comunidad está en el trabajo de capacitación  político indígena, en los talleres territoriales,  en programa de mujeres, en agentes educativos.

En las asambleas y reuniones se dan espacios de discusión con criterios para el desarrollo de la actividad.

Están los espacios diferenciados, las reuniones de mujeres y de jóvenes donde se participa.

¿Qué piensan del punto (5) del acuerdo de paz? ¿El sistema integral de Verdad, Justicia Reparación y Garantías de no Repetición? ¿Qué piensa del perdón o reconciliación entre responsables de hechos y las víctimas?  ¿Cómo define el termino Justicias?    ¿Qué es la Verdad?

“En primer lugar, tenemos algunos elementos sobre el punto cinco de las víctimas, pero queremos seguir analizando más este punto porque es muy importante conocer más de la JEP y de la CEV. Entendemos que este punto trata de las víctimas y de los han hecho daños a las comunidades y a mucha gente, que es ahí donde se puede saber la verdad.

Para los Pueblos Indígenas Wounaan no hay cumplimiento del Acuerdo de Paz por las decisiones del Estado.

Si es importante la reconciliación,  para el proceso de cambio de no alzar más las armas, que no siga la guerra. Es importante escuchar a las víctimas, apoyarlas.”

Justicia: *Respetar las opiniones de las personas en objeción de conciencias.

              *Respetar los derechos de la vida.

              *Cumplir el reglamento interno y su aplicación con el uso de costumbres.

              *Reparar los daños hechos por las personas.

Verdad: *Es una expresión real en conciencia de un hecho actuado.

              *Voluntad que no se puede negar.”

¿Cómo pueden describir ustedes la forma de violencia que se ha generado en el conflicto armado después de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las FARC-EP?

  • “El conflicto sigue en los territorios por la presencia de los actores armados legales e ilegales por que hay restricciones de la movilidad.
  • No hay cumplimiento de los acuerdos firmados
  • No hay cumplimiento en los derechos indígenas por parte del gobierno colombiano.
  • El enfoque diferencial que tiene que ver con comunidades indígenas y negras no se cumple.
  • Amenaza a los lideres y lidereza, Guardias Indígenas, Territorio, plantas medicinales, espíritus de la naturaleza.
  • El irrespeto a la valla “TERRITORIO HUMANITARIO Y BIODIVERSO”.
  • En nuestro territorio hay amenazas, no se nos permite gozar con tranquilidad de nuestro territorio, se han dado asesinatos, algunas comunidades se han desplazado. Pero sabemos que en toda Colombia esta situación es igual.
  • Nosotros consideramos que el incumplimiento del plan de retorno protocolizado el 11 de diciembre del 2015 con la alcaldesa Ledis Torres Copete de Buenaventura es una forma de violencia porque las instituciones de gobierno nos han abandonado en ese compromiso.
  • Procuraduría, defensoría del pueblo, Personería Distrital, Fiscalía no cumplen con el seguimiento del Plan de Retorno, ni con las investigaciones, creemos que es una forma de violencia.
  • El confinamiento por el COVID 19 en el contexto del Bajo Calima y Bajo San Juan y en el territorio, se suma al confinamiento en que las comunidades de estos territorios vivimos por la presencia de actores armados que nos están controlando.
  • Restricción en educación y de la salud también son formas de violencia hacia nuestras comunidades porque se nos están negando los derechos.”

Reflexión Comunidad San Francisco de Asís, Naya

¿Cómo su comunidad está pensando los mecanismos de protección frente la presencia de los Actores Armados en su territorio?

“Estamos pensando en unos mecanismos que sean valorados y respetados por la sociedad en especial por los grupos armados. Unos mecanismos que contribuyan al bienestar, tranquilidad de la población, que sean idóneos que garanticen una mejor integridad social, que salvaguarden y respeten la vida del ser humano. Que no seamos víctimas vulnerables al conflicto armado, sino que seamos portadores de la unidad, igualdad y equidad por un mundo mejor en la construcción de esa paz que todos queremos.

¿De qué manera el grupo de estudio de cambio cree que puede aportar a la comunidad en el trabajo de protección frente al conflicto armado?

“Mediante la participación en diferentes espacios de liderazgo, a través de espacios que contribuyan a la participación y la búsqueda del desarrollo de nuestro territorio por medio de una cultura de paz con tolerancia, respeto y justicia que permitan la construcción y estructuración de una sociedad pacífica.

Desde el ámbito deportivo y cultural se contribuye al desarrollo de la paz en los territorios, mediante planes que sean llamativos y atraigan a la juventud y todos aquellos espacios que se les pueda brindar a los jóvenes.”

¿Cuáles creen que pueden ser las estrategias de la comunidad para prevenir daños por el conflicto armado?

Las estrategias para prevenir los daños por el conflicto armado en mi comunidad serían las siguientes:

  • Fomentar políticas que muevan la solidaridad social y la equidad
  • Generación de espacios que promuevan una cultura de paz
  • Respeto a la vida de las diferentes poblaciones vulnerables
  • Respeto a los derechos humanos y a las medidas cautelares

¿En la comunidad se permite la participación de todas y todos para tomar las diferentes decisiones que vayan en beneficio de la comunidad?

“Sí, porque somos una comunidad unida, donde todos aportamos nuestras ideas y opiniones sobre cualquier situación que aqueja a nuestra comunidad. Porque las decisiones no las toman dos o tres, sino toda la comunidad en general en la cual todos tenemos derecho a opinar o a aportar y la cual todos optamos por escoger la mejor opción que beneficie a todos y busque el desarrollo de nuestra comunidad.”

¿Qué piensan del punto (5) del acuerdo de paz? ¿El sistema integral de Verdad, Justicia Reparación y Garantías de no Repetición? ¿Qué piensa del perdón o reconciliación entre responsables de hechos y las víctimas?  ¿Cómo define el termino Justicias?    ¿Qué es la Verdad?

“Consideramos el quinto punto del Acuerdo de Paz firmado entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC-EP como un hecho muy importante porque están demostrando intención de perdón, arrepentimiento en la consolidación de una paz que está fundamentada en decir la verdad, a que esos hechos no se repitan, no haya impunidad y el derecho a saber dónde están y porque hicieron esos hechos atroces. Que haya justicia y a que sigan demostrando sus ganas de sacar el proceso de paz adelante.

El perdón y la reconciliación entre los responsables de los hechos y las víctimas son muy importantes, aunque a veces nos cuesta a los seres humanos perdonar, y aún más sabiendo que tenemos al asesino de nuestros familiares y que el narre como les quitó la vida a nuestros seres queridos es muy doloroso, pero hay que sacar las fuerzas de los más profundo de nuestros corazones esa palabra maravillosa “perdón”. Y debemos reconciliarnos y decirle a los demás yo te perdono para que no suframos más, para dejar de sentir dolor, para dejar que nuestros difuntos descansen en para no vivir más en esa situación y dejar en las manos de Dios todo eso, que sea el quien los perdone y se apiade de ellos.

También debemos tener presente perdonar, porque quienes somos nosotros para no perdonar y si Dios nos perdona tanto a nosotros, también tenemos la obligación porque eso quiere Dios, que perdonemos a nuestros hermanos, a los que nos ofenden y que nos amemos unos a otros, la paz y la reconciliación son unos componentes para la construcción de un mundo mejor.

Definimos la justicia como el hecho de obrar bien, sobre alguien, de juzgar y darle a cada quien lo que corresponde.

Definimos la verdad como la afirmación de un hecho o la realidad de algo, de contar claramente algún suceso, de no ocultar, de no tener impunidad.”

¿Cómo pueden describir ustedes la forma de violencia que se ha generado en el conflicto armado después de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las FARC-EP?

“La describimos como un mal de nunca va a acabar, que desangra, debilita y deteriora a la población civil, una paz que no piensa llegar y vemos que es una guerra que no beneficia a nadie donde los que ponen los muertos son los pobres, como una guerra sin sentido. Que no vivamos con el miedo, la zozobra de que en cualquier momento pueda suceder algo.”

El Naya que soñamos

Quiero un río Naya

Un Naya sin igual

Donde abunde la riqueza

La Paz y la igualdad.

 

Soñamos con un río Naya

Lleno de alegría

Con un rico aroma

Lleno de fantasía.

 

Que cese la violencia

Que reine la Paz

No queremos grupos armados

En nuestro Litoral

 

Sigamos trabajando

Por el Naya que queremos

Sigamos todos luchando

Y juntos progresaremos

 

Y siempre nos proyectamos

Con un Naya en Paz

Donde exista la alegría

El amor y la unidad.

 

 

[1] Rangel Alfredo. Colombia: Perspectivas de paz y seguridad. Revista de criminalidad. Rev. Crim. vol.50 no.1 Bogotá Jan./June 2008

[2] Boletín No 4, Coordinación Colombia Europa Estados Unidos. Mayo 07 de 2020, Dever Comisión Justicia y Paz.

Imágenes: Archivo.