Desplazamiento, Crímenes de Lesa Humanidad y control social en Argelia, Cauca

“Pero más que los hechos, quiero contarte lo que estos hechos produjeron en mí.(…) Un caudal de talismanes y embrujos, de sabidurías y rituales fue obliterado, y siglos de piadosas reliquias se convirtieron en fardo de saqueadores, en rapiña, en riqueza. Aquel día no solo descubrí que éramos poderosos y audaces, descubrí que éramos crueles y éramos ricos” El País de la Canela, William Ospina


El área rural del municipio de Argelia por su posición geo-estratégica ha sido corredor de las guerrillas FARC EP y el ELN. Con la implementación de la “política de seguridad democrática” se produjo la militarización gradual del municipio en los corregimientos de El Plateado, El Mango, Puerto Rico, El Sinaí y Argelia, así como la instalación de tres estaciones de Policía en El Mango, El Plateado y El Diviso. A la par de la estrategia institucional se ha fortalecido el control paramilitar en El Patía.

Desde el año 2002 en la región del Patía, en particular los municipios de Balboa, Argelia, Mercaderes los paramilitares han incrementado su poder y control económico, político y social en medio de la presencia de la fuerza Pública y con incidencia sobre el poder civil local y han definido normas de conducta de los pobladores.

En diciembre de 2006, a pesar de la desmovilización de los bloques Libertador y Calima, estos se fueron reconvirtiendo con los nombres de “Autodefensas Nueva Generación”, “Águilas Negras”, “Rastrojos” con los mismos propósitos: persecución a líderes sociales, control social y operaciones de “limpieza social”.

De acuerdo con testigos en marzo de 2007 en repetidas ocasiones se descubrieron cuerpos de seres humanos desmembrados en el puente La Cacharra sobre el río San Juan del Micay, corregimiento El Plateado, Argelia. Estas prácticas de terror fueron usadas como ejemplarizantes por los paramilitares, quiénes, en sus reuniones con los pobladores de la zona rural de Argelia, les manifestaron, que de no cumplir sus órdenes deberían irse o morir descuartizados.

Los paramilitares han afirmado que cuentan con el apoyo de las Fuerzas Militares y las prendas que usan son las mismas que usan los efectivos regulares. Y efectivamente, algunas de sus bárbaras actuaciones se realizan en cercanía de presencia militar o policial, cuando no amparadas en operaciones armadas perimetrales.
En la actualidad los paramilitares están de manera permanente y ejercen pleno control en San Juan de La Guadua, La Belleza, El Bujio, La Cumbre, La Playa y Cristales Altos, El Mango, Las Perlas, El Diviso y sectores del casco urbano de Argelia.

Millares de desplazados, familiares de asesinados, de desaparecidos y de torturados en regiones diversas del país, guardan silencio ante tanto terror, quiénes se han atrevido a denunciar estos hechos han sido amenazados. Los desplazados se encuentran en condiciones infrahumanas y habitando en las calles de Cali, de Popayán, de El Tambo, Santander de Quilichao, sin ningún tipo de atención por parte del Estado.

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COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ