Derecho a la libertad

“De no estar el señor a favor nuestro cuando el mundo se lanzó contra nosotros, nos habrían devorado vivos en el fuego de su cólera. Entonces las aguas nos habrían arroyado y el torrente pasado por encima, entonces habría pasado sobre nuestra alma las aguas impetuosas. Bendito sea el señor que no nos dio por presa de sus dientes, nuestra alma como pájaro escapó de la red que puso el cazador, la malla se rompió y nosotros escapamos. Nuestro auxilio está en el nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra” Salmo 124.



RESUMEN

Al señor JOSE YESID GUZMÁN le fue restringido su derecho a la libertad por parte de la Policía de Urabá, luego de que fuera igualmente retenido y sometido a confinamiento por espacio de dos días y medio (desde el jueves 24 de junio en horas de la mañana, hasta el sábado 26 de junio en la tarde) por la Policía de Carmen del Darién porque el número de cédula que suministró a los policiales, no coincide con sus datos personales.

El día 28 de junio de 2004 fue sometido a una entrevista privada por parte de miembros de la SIJIN quienes han manifestado que se encuentra retenido porque para ellos es “sospechoso” que mienta al momento de informar su número de identificación.

DETALLES

* Martes 22 de junio de 2004. En horas de la mañana sale una comisión de la Cuenca del Jiguamiandó hacia el municipio de Carmen del Darién, con el objeto de registrar el Consejo Comunitario del Curbaradó. Entre los miembros de la comunidad salió el señor JOSE YESID GUZMÁN, como motorista de una de las embarcaciones, quien además debía averiguar el lugar de estadía y condiciones de salud de su esposa, a quien habían sacado de la Cuenca porque se encontraba enferma. El campesino iba con su hija de seis años, TATIANA GUZMÁN. Esta comisión pernocta en el caserío de La Grande, en el Chocó.

* Miércoles 23 de junio de 2004. Los delegados de la comunidad y sus acompañantes arribaron al municipio de Carmen del Darién, después del medio día. Allí fueron registradas todas las personas de la Comisión, por la Policía Nacional, como es costumbre en este municipio. En este día, se gestiona la expedición del certificado de registro del consejo, ante el Alcalde Municipal.

* Jueves 24 de junio de 2004. A las 8:00 a.m, el señor JOSE YESID GUZMÁN RODRÍGUEZ fue requerido por el Comandante de la Estación de Policía del Carmen del Darién, para que presentara los documentos de propiedad del motor de la embarcación que llevaba, ante lo cual exhibió la denuncia por pérdida de los mismos, del otro motor se presentan los documentos vencidos. Ante éste hecho, el comandante de la Policía le dice que “eso no le sirve y que necesita los documentos del motor” igualmente le manifiesta “que solucionarían el problema cuando llegara el representante de la comunidad”. Acto seguido le fue solicitada su identificación, suministrando el miembro de la comunidad el número de cédula que recordaba, el cual se le extravió hace aproximadamente 6 años.

Al compararse el número de identificación con su nombre, le informaron que los mismos no se correspondían. Hasta las 3:00 p.m, lo retuvieron en la Estación de Policía, dejándolo salir del lugar, pero le manifestaron que no podía desplazarse del casco urbano del Carmen del Darién, hasta tanto no se aclarara la situación.

Durante el tiempo que duró retenido, junto a su hija, en la Estación el Mayor Hincapié Morales le propuso que se acogiera al Programa de Reinserción del Gobierno Nacional, que así se solucionaba el problema y se mejoraba su situación dado que ellos vivían en muy malas condiciones económicas. El campesino se negó rotundamente a acceder a dicha propuesta.

Este día la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz tuvo conocimiento que en la misma condición de confinamiento de JOSE YESID GUZMÁN, se encontraba el miembro de la comunidad del Jiguamiandó NELSON GOMEZ, a quien se le prohibió por parte del comandante de la Estación de Policía del Carmen del Darién –Mayor Hincapié Morales–, salir del casco urbano hacia su comunidad, que le habían prohibido entrar a la cuenca del Jiguamiandó y le dijeron que debía sacar a su familia de allá.

El Mayor HINCAPIÉ MORALES también le propuso a NELSON GOMEZ acogerse al programa de reinserción, a lo cual se negó, informándole al policial que él no era guerrillero ni miliciano. El Mayor le aseguró que ellos tenían información de que él era un miliciano que estaba haciendo inteligencia a la guerrilla en ese municipio.

Esta persona permaneció ocho días en dicha condición (desde el día sábado 19 de junio) y solicitó a los acompañantes que lo llevaran hasta la cuenca del Jiguamiandó, donde permanece su esposa e hijos.

NELSON GOMEZ había salido de la cuenca del Jiguamiandó, dos meses antes, a visitar a su familia y a su regreso el día sábado, pasando por el municipio del Carmen del Darién, fue retenido.

De estas irregularidades se intentó informar al Personero Municipal, pero éste se encontraba ausente.

* Viernes 25 de junio de 2004. En horas de la tarde, a las 1:30 de la tarde, arribaron al municipio cuatro pirañas de la Infantería de Marina.

A las 2:15 de la tarde llegaron a la sede del CINEP, donde se encontraban alojados los miembros de la comunidad y sus acompañantes, preguntaron por la señora MARÍA LIGIA CHAVERRA, representante legal del consejo comunitario de Curvaradó y los acompañantes e ingresaron al lugar subiendo hasta el segundo piso, cuatro militares, exigiendo que abrieran dos habitaciones que se encontraban cerrados con candado, luego solicitaron a la afrodescendiente su documento de identidad, quien hizo entrega del mismo.

Luego se solicitó la identificación de todos las personas que se encontraban allí y revisaron el lugar. Ante esta irregularidad uno de los acompañantes exigió a los miembros de la Infantería de Marina que informara si había alguna orden de registro expedida por autoridad judicial, a lo que los militaron manifestaron que “ellos podían ingresar a cualquier parte” y preguntaron al misionero que quién era él .

Luego llamaron a MARÍA hacia el exterior de la casa para interrogarla, haciéndolo desde el balcón. Fue cuestionada sobre quién era, qué hacía, de dónde venía y por qué les tenía miedo. El documento de identidad de esta persona fue retenido hasta las 4:07 de la tarde. Mientras tanto, otro miembro de la Infantería de Marina, interrogaba a los otros miembros de la comunidad.

Toda la comunicación de los miembros del equipo misionero con Bogotá, era controlada por efectivos de la Policía e Infantería de Marina, que incluso era quienes contestaban el teléfono y en algunas ocasiones apagaban el equipo de comunicaciones para impedir que fluyera la información.

A raíz de esta situación de persecución y hostigamiento, los miembros de la comunidad optaron por no movilizarse por el casco urbano y permanecieron confinados en la sede del CINEP.

* Sábado 26 de junio de 2004. Ante los cuestionamientos sobre la privación arbitraria de la libertad de JOSE YESID GUZMÁN y NELSON GÓMEZ, que se realizaron al Mayor de la Policía, Mayor Hincapié, éste en un principio dijo no recordar al segundo de los mencionados y negó que haya emitido órdenes de confinamiento y que por lo tanto estas personas podían salir sin ningún problema. Por esta razón los miembros de la comunidad se desplazaron hasta la ciudad de Turbo.

El Mayor Hincapié Morales, manifestó que los motores de la comunidad los puso a disposición de la Fiscalía 15 Seccional de Riosucio – Chocó, pues le había molestado el manejo que se le dio al asunto, por parte de los acompañantes, refiriéndose a la presentación del habeas corpus, el día jueves en horas de la tarde. Igualmente expresó que al dar contestación al mismo solicitó que el accionante fuera investigado por los delitos de injuria y calumnia.

Tan pronto arribaron al Puerto de Turbo, a las 6:15 de la tarde, aproximadamente, fueron nuevamente abordados por dos civiles que se identificaron como miembros de la SIPOL quienes exigieron a todos los miembros de la comunidad y a sus acompañantes, la presentación de los documentos de identidad. Todos sus nombres y datos personales fueron escritos, no en un libro de registro, sino en hojas blancas informales por un miembro de la policía uniformado.

Los agentes de la SIPOL, llamaron a un lado a un miembro de la comunidad – FANNY OSTEN- y la interrogaron sobre su lugar de procedencia, lugar donde pasaría la noche, cuanto tiempo duraría en el lugar y destino final.

Una vez terminado el registro, se informó a JOSE YESID GUZMÁN que el número de cédula consignado en la denuncia por pérdida de ésta, no concordaba con su nombre y que por lo tanto debía ser llevado a la Estación de Policía para aclarar la situación. Una hora después fue puesto en libertad, exigiéndosele su presentación el día martes a las 2:00 p.m.

* Lunes 28 de junio de 2004. En horas de la mañana, el señor JOSE YESID GUZMÁN se dirigió hacia la Registraduría de la ciudad de Turbo, junto con sus acompañantes a presentar un derecho de petición en el que solicitaba la aclaración del problema de su identificación.

Saliendo de esta entidad, nuevamente fue interceptado por los dos civiles de la SIPOL, que lo trasladaron, junto con su hija, hasta la Estación de Policía. Dijeron que el día sábado debieron dejarlo salir, por cuanto no tenían forma de verificar la información, pero que entre semana si podían hacerlo, por lo tanto, estaría retenido mientras se aclarara la misma. A los acompañantes les manifestaron que ellos podían privarlo de la libertad por 36 horas. En la Estación estaba a disposición del Sargento Salinas quien manifestó que la orden de retenerlo provenía directamente de Carepa.

A las 2:23 p.m, le informaron a los acompañantes, que lo trasladarían hasta el Escuadrón de la Policía de Urabá, ubicado en la Vereda los Pozos entre Apartadó y Carepa. Según manifestaron, por orden y a disposición del Comandante de la Policía de Urabá, coronel YAMIL HERNANDO MORENO ARIAS, que según lo dicho por el civil de la SIPOL de apellido PEÑA (quien se ha negado a identificarse satisfactoriamente) “con él (refiriéndose al Comandante Yamil Moreno) arreglaría el problema cara a cara, de frente”. En efecto, a las 2:30 p.m, JOSE YESID GUZMÁN y la menor, fueron transportados, por un agente de la SIJIN de apellidos GARCIA MORENO.

A las 4:00 de la tarde aproximadamente la acompañante requiere a los funcionarios del Escuadrón de Policía de Urabá, para que le permitan entrevistarse con el miembro de la comunidad JOSE YESID, a lo cual le manifestaron que él se encontraba en una entrevista con agentes de la SIJÍN quienes había solicitado no ser interrumpidos.

Ante la insistencia de la misionera para que le permitieran entrevistarse con el campesino y su hija, el funcionario de la SIJIN, GARCIA MORENO, en tono agresivo y grosero, le manifestó que “ellos eran autoridad, no delincuentes, que no le iban a hacer nada, ¡por qué tanto interés en él!, el no está incomunicado y tan pronto se termine la entrevista, podrá hablar con él”. Este mismo agente, le ordenó a otro oficial que respondiera a la exigencia de la acompañante en este mismo sentido.

En la entrevista sostenida con el Comandante de la Policía de Urabá, éste empezó preguntándole por el número cedula, diciendo que de todo el tiempo que llevaba allí, “nunca había visto una cosa semejante”, y que él creía que ese numero no era de él (el campesino). En dos ocasiones se levantó y se retiró del cuarto donde se encontraban y al regresar llamaba: “hombre Yesid” o “hombre José”, probando si efectivamente respondía a los dos nombres.

A continuación le dijo: “hombre José Yesid… llegó el momento de que aproveche, ya que llegó hasta aquí. No desperdicie la oportunidad de estar aquí. Además yo ya lo se todo, por que Deofanor (el campesino que según el informe oficial, se acogió al programa de reinserción) me lo contó todo y él sabe mucho. Pero usted sabe más que Deofanor”. Le propuso que se fuera con toda mi familia y cambiara de situación, y le dijo que “qué hacia por allá sufriendo” y que no desperdiciara la oportunidad que le estaban dando.

Le decía que mirara su hija (que se encontraba a su lado) que era muy bonita y que le diera un futuro a sus hijos ya que “allá las posibilidades económicas no se prestaban”. Le dijo que si él se daba cuenta que sabía mas de lo que le estaba contando entraba como lo hizo en Bartolo y lo sacaba con toda la familia.

El comandante le dijo al campesino cuando quisiera salir con su familia, hablara con el mayor de Carmen del Darién y que él enviaría la panga para recogerlos. Le insistió en que lo pensara.

Después le preguntó “¿Quién es María Chaverra?” a lo que le respondió que era una campesina, representante legal de la Cuenca de Río Curvaradó. En seguida lo interrogó sobre lo que hacía los del Consejo de Jiguamiandó.

Finalmente le dijo que enviaba un mensaje para toda la gente “que qué piensan… Dígales que se salgan, por que allá no están haciendo nada y están jodidos, como usted, que no tiene nada, y aquí en el Urabá tienen las puertas abiertas, para que se vengan a la hora que quieran” Y a José Yesid le dijo: “José, desmovilícese, piénselo y si se va a desmovilizar lo vamos a buscar con su familia. Yo tengo la fe de que usted va a volver a contármelo todo”, a lo que el campesino le respondió que no tenía nada que contar, pero el oficial insistió: “yo se, yo se que tu sabes… de todas maneras –le dijo el comandante– vamos a dejar que se vaya, no le hemos dado mal trato, no se ha sentido amenazado por nosotros” y le ordenó a un agente de la SIJIN que lo llevara o a la Estación de Turbo “…donde lo van a recoger esa gente que esta muy preocupada por Usted”.

A las 4:15 de la tarde, según información Oficial de la Vicepresidencia de la República, en diálogo con el Coronel Moreno manifestó que lo tenían retenido porque para ellos era “sospechoso” que el campesino diera un número incorrecto de cédula, que había mentido. Igualmente negó tener a la niña en su poder, sin embargo, el señor JOSÉ YESID GUZMÁN ha sido privado de su libertad, acompañado siempre de su menor hija de seis años, TATIANA, con quien permaneció todo el tiempo de su retención ilegal.

A las 6:30 de la tarde, en diálogo con la Defensoría del Pueblo informó que el comandante de la Estación, Coronel Moreno, le comunicó que lo dejarían en libertad, dos horas más tarde, es decir, a las 8:30 de la noche.

Hasta las 6:40, JOSÉ YESID GUZMÁN y su hija de 6 años, TATIANA GUZMÁN, fueron trasladados hasta la Estación de Policía de Turbo. A la misionera acompañante se le informó que sería entregado en dicha ciudad.

Una vez la acompañante arribó a la Estación de Policía de Turbo, los oficiales la conminaron a firmar un acta en la que dejaba constancia que le hacían entrega de José Yesid en buen estado físico y sicológico y que cualquier cosa que le pasara de ahí en adelante, era responsabilidad de ella. La misionera se negó a firmar la misma, lo cual disgustó a los policiales.


LINEAS DE INTERPRETACIÓN

1. De acuerdo con la sentencia de la Corte Suprema de Justicia, sala penal, NNNo no existen razones para privar de la libertad a un ciudadano por sospecha, ni siquiera mientras se resuelven las dudas sobre su identidad.

2. Aunque no ha empezado a regir el estatuto antiterrorista, el procedimiento seguido por los oficiales de la policía, reproduce las actuaciones ordenadas en los “zonas de rehabilitación”, en el decreto 2002 de 2002, declarado inconstitucional por sentencia de la corte constitucional, contenido que es reasumido por la ley antiterrorista que entra a revisión, antes de la sanción presidencial, de la Corte Constitucional. Los controles de movilización y los registros de los que fueron objeto los campesinos y sus acompañantes son una expresión fáctica de lo que aún formalmente no se ha promulgado.

3. La persecución y hostigamiento de que son objeto los habitantes de las cuencas del Curvaradó por parte de oficiales de la policía t

SOLICITUDES

Al Procurador General de la Nación, EDGARDO MAYA VILLAZON +57.1.342.9723, +57.1.281.7531 plinares@procuraduria.gov.co, el inició de unas investigaciones disciplinarias sobre los agentes de policía que se encuentran en Carmen del Darién. Investigación urgente, en debido proceso y dirigida desde la Oficina Nacional de la Procuraduría General de la Nación.

Bogotá, D.C junio 25 de 2004
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz