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Declaración final de la Asamblea del Diálogo Intereclesial por la paz Dipaz

“6 El ayuno que a mí me agrada consiste en esto: en que rompas las cadenas de la injusticia y desates los nudos que aprietan el yugo; en que dejes libres a los oprimidos y acabes, en fin, con toda tiranía. […] 8 Entonces brillará tu luz como el amanecer y tus heridas sanarán muy pronto.”

Isaías 58: 6, 8

Bogotá, 20 de febrero de 2020. Nuestra asamblea reunida el 19 y 20 de febrero de 2020 en la ciudad de Bogotá, al discernir el llamado que Dios nos está haciendo en el actual contexto del país, DIPAZ reitera su disposición de continuar aportando a la construcción de una paz integral, estable, duradera y completa para nuestro país.

En nuestra interacción con procesos comunitarios y eclesiales en distintas zonas del país constatamos que hay un anhelo de paz completa expresada a través de diversas iniciativas y el clamor por una vida digna que propicie la reconciliación en el país.

Aun así, hemos sido testigos de la continuidad del sufrimiento de personas, familias y comunidades por múltiples violencias como asesinatos, amenazas, desplazamientos, confinamientos y deudas económicas, algunas de ellas impagables, sin que el gobierno colombiano adopte medida alguna para enfrentar esta situación de crisis.

El asesinato de 250 líderes sociales en solo 2019, y un total de 186 integrantes de las FARC es aterrador, en medio de una ausencia de respuesta estatal eficaz, oportuna e integral para proteger la vida y la libertad.

Los mensajes ambiguos ante la opinión pública en torno a la paz, la profundización de medidas políticas y económicas de desigualdad, la crisis ambiental, los mensajes a la comunidad internacional carentes de verdad respecto al cumplimiento integral del gobierno nacional al Acuerdo de Paz y a lo pactado en el marco de las negociaciones con el ELN siendo garantes Cuba y Noruega, exigen una reconducción de la política de gobierno.

Insistimos en la necesidad de hacer real el derecho a la paz con la protección del sistema transicional; la implementación de los PEDTs, PNIS; la reactivación de la mesa conversaciones con el ELN con base en los puntos temáticos acordados, y depositados por las iglesias ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y la búsqueda de alternativas para abordar la criminalidad y los grupos herederos del paramilitarismo.

Hacemos un llamado a la persistencia de una Apuesta por la Vida, donde se privilegien las medidas de protección en los territorios más vulnerables de violencias, el respeto y afirmación de acuerdos h umanitarios gestados por la población civil y la garantía de los derechos humanos de todas las personas. 

Como DiPAZ seguimos comprometidos con crear y promover una espiritualidad de la paz desde la defensa de la vida.

El espíritu de Dios nos desafía a trabajar con otros sectores sociales y políticos por la paz en nuestro país, por lo que saludamos a Defendamos la Paz en su primer aniversario y expresamos nuestro compromiso de seguir articulando esfuerzos. Saludamos los esfuerzos a favor de la vida que han realizado los obispos del Pacífico y Cauca, nos sumamos en la esperanza de que todos esos clamores sean escuchados porque ¡el tiempo de la guerra ha terminado!

DiPAZ sigue fortaleciendo su vocación y llamado con la vinculación de personas de 33 denominaciones eclesiales, de las cuales 12 tienen presencia nacional a través de su Escuela de Acción Noviolenta y el ingreso como nuevos miembros de la Iglesia Colombiana Metodista, Paz y Esperanza Colombia y EDUPAZ con quienes esperamos consolidar la misión.

Agradecemos el respaldo de la comunidad ecuménica y las iglesias hermanas a nivel internacional su acompañamiento y solidaridad para ayudarnos a responder a los desafíos de ser constructores de paz como lo pide el evangelio.

Diálogo Intereclesial por la Paz. DiPAZ