Carta EPL: Un gran salto de unidad

Superadas varias de las agrestes montañas y selvas que se dibujan en la geografía nacional; cruzados muchos de los ríos y riachuelos que aprovechan nuestros campesinos para el riego y la pesca; cumplida la tarea entregada por el mando nacional de consultar todas las estructuras urbanas y rurales donde tenemos presencia su opinión sobre la paz; el cuerpo de mandos y oficiales del EPL, con la presencia y dirección de nuestro Comandante, nos reunimos para estudiar el nuevo momento político y definir nuestra posición frente a los diálogos y la paz.

Estudiadas las orientaciones y directrices que al respecto traza el Partido Comunista de Colombia (marxista-leninista) y luego de un amplio y fructífero debate que afianza la unidad y calidad de nuestras filas, concluimos lo siguiente:

1. Que el movimiento guerrillero colombiano no está derrotado ni con debilidades que lo coloquen en “el fin del fin”. A pesar de las bajas y los golpes recibidos por el enemigo, la guerrilla mantiene sus estructuras siendo capaz de relevar mandos, y en su inquebrantable decisión de luchar por el poder popular, acrecienta sus acciones ofensivas, así como su labor e iniciativa política, ligándose a las comunidades populares, sus organizaciones y luchas.

2. Que las difíciles condiciones económicas y sociales por las que atraviesa el país, expresan además del atraso y la dependencia respecto a las grandes multinacionales, el FMI, el Banco Mundial y el imperialismo norteamericano, la incapacidad de la burguesía y el gobierno colombiano para enfrentar los efectos que sobre el país tienen la crisis económica internacional, que por estos días sacude profundamente a Europa, EEUU y muchos otros países del planeta.

3. En consonancia con los intereses burgueses que representa y los dictámenes que recibe del norte, el gobierno de Juan Manuel Santos promueve un conjunto de políticas y medidas que buscan asegurar por un lado, mayores niveles de ganancia y riqueza para los bancos, las grandes multinacionales e inversionistas extranjeros, y el otro una mayor pobreza para los trabajadores y el pueblo, en quienes descarga la crisis, imponiendo mayores impuestos, menos salarios, así como menos derechos y garantías sociales.

4. Que el gobierno de Juan Manuel Santos ha delineado una maniobra política, en la que combinando a fondo la represión, la demagogia y el populismo con auxilio de personajes que abandonaron la izquierda como Lucho y Angelino Garzón, ministro y vicepresidente –respectivamente—, busca colocar contra la pared a los luchadores populares y en especial a la guerrilla estigmatizándola de narcoterrorista y presentándola como enemiga de la paz, los derechos humanos, el desarrollo y el progreso nacional.

5. Que comprende todo un desafío histórico y político desenmascarar las pretensiones y alcance de esta maniobra del gobierno, quien remozando las ideas del pacto y el acuerdo social, de claro estirpe socialdemócrata, promueve por un lado, los diálogos y la desmovilización de la insurgencia, y por el otro, dando cuenta de su catadura reaccionaria y sanguinaria bombardea y asesina a todo luchador que se oponga a su política.

6. Que la paz con justicia social es un gran anhelo del pueblo colombiano que ha sido víctima de la sobreexplotación, el despojo, la antidemocracia, la exclusión social y política, así como de diferentes formas de violencia que promueve insistentemente el Estado con apoyo del imperialismo norteamericano. El fin del conflicto y la conquista de una paz estable es una apuesta política que implica el aseguramiento de un camino que permita las transformaciones estructurales, la soberanía, la libertad y el bienestar por el que denodadamente lucha el pueblo colombiano.

7. Respecto al acuerdo de la Habana de las FARC-EP y el gobierno, valoramos la iniciativa política y las declaraciones públicas que aleja de la rendición o la entrega a las FARC-EP y expresamos nuestro más decidido apoyo y reconocimiento. Siendo éstas conversaciones un gran desafío, un esfuerzo y una conquista social proponemos a las FARC y al ELN establecer la coordinación y unidad de acción, independiente de estar o no en la mesa de diálogos y negociación, especialmente para con iniciativa unitaria hacer efectiva la convocatoria de un amplio debate político nacional en el cual el pueblo y sus múltiples organizaciones participen de manera activa de la discusión sobre la paz y el fin del conflicto económico, político, social y armado existente en el país.

8. Los mandos y combatientes del EPL nos debemos al pueblo, a sus intereses y aspiraciones; nos reconocemos como parte de sus luchas, somos rebeldes en armas e incansables luchadores por la paz con justicia social en abierta confrontación armada contra el Estado burgués proimperialista. En esos términos, aspiramos a que los diálogos de la insurgencia con el gobierno contribuyan de manera positiva a dar salida política al conflicto que pasa por comprometer al gobierno en claros pasos y caminos hacia la solución de los grandes problemas y demandas del pueblo colombiano.

Mando Nacional

Ejército Popular de Liberación (EPL)

Montañas de Colombia, septiembre de 2012.