Aspersión sin límites con glifosfato seca el monte y abre puertas a transnacionales

Desde hace quince años se viene sufriendo la problemática de la fumigación con el glifosfato creado por la empresa MONSANTO, esto ha generado problemas a la comunidad putumayense. En esta ocasión nos centraremos en el caso general.


En la vereda San José Municipio de Puerto Caicedo, Putumayo se emite la orden de fumigación a cultivos ilícitos afectando al medio ambiente en general.

El señor Daniel Lauro manifiesta que llegaron los aviones a fumigar cultivos ilícitos afectando al medio ambiente y a gran parte de la población indígena y campesina. Los hechos producidos por la aspersión afectaron la salud de la señora Elvira Latín debido al consumo de agua afectada por la fumigación del glifosfato.

Estudios realizados en la frontera con Ecuador sobre el río San Miguel han arrojado resultados preocupantes. De 24 muestras de sangre a habitantes de la región ecuatoriana, se presentaron aberraciones de cromosomas en el ADN superiores al 600 – 800% de las personas que habitan a 80 kilómetros adentro de la frontera en el país vecino del Ecuador.

Las fumigaciones llegan a desarrollar el cáncer y anomalías en la gestación hasta producir abortos espontáneos.

Otros estudios hablan de cáncer de mama, pubertad precoz, bajo conteo de espermatozoides, cáncer testicular y malformaciones genitales en los bebés. Además descubrieron que los animales salvajes sufren las mismas deficiencias.

Las comunidades de la inspección de Arizona han venido siendo afectadas por fumigaciones indiscriminadas. Desde el inicio de los hechos han sufrido el flagelo de la escasez de alimentos.

No solo fumigaron los cultivos ilícitos, también arrasaron con los cultivos de pan coger, potreros, zonas de reserva y fuentes hídricas, incrementando el cambio climático de nuestro territorio… se seca todo el monte”, argumenta un comunero que nos encontramos en el camino.

Al igual, en febrero de este año, entre los días 4 y 5, se fumigaron todos los municipios del departamento. La gran afectación fue sobre áreas de cultivo. Se inició una investigación por parte de una comisión gubernamental en los municipios de Guzmán y Villa Garzón. Más -al parecer- esta comisión no ha arrojado resultados reales.

Actualmente continúa la fumigación. Hace quince días fumigaron el sector de la Esmeralda y Playa Rica del municipio de Puerto Caicedo, en zonas donde no existen cultivos ilícitos. Esta misma problemática se genera en los corregimientos de Siberia y Churuyaco en el Municipio de Orito, en el Valle del Guamuez y San Miguel.

Las fumigaciones se siguen suscitando, debido a la negación de las comunidades campesinas e indígenas frente a la erradicación manual, por los continuos problemas de desplazamiento y señalamientos frente a las comunidades por parte de los actores armados donde se hace dicha erradicación.

El Estado colombiano ha venido incumpliendo constantemente los pactos y mesas con las comunidades, desde los pactos de Orito, llevados a cabo en el año 1996, producto de las “movilizaciones cocaleras”, donde las comunidades acordaron con el Gobierno un plan de desarrollo alternativo como estrategia para reemplazar los cultivos de uso ilícito. La respuesta estatal fue el Plan Colombia, las fumigaciones y la militarización total del territorio.

Con esto se abre el territorio de los pueblos a las transnacionales, para convertir al Putumayo en distrito minero, eliminándolo del contexto amazónico y convirtiéndolo en parte de la zona sur, proyectos presentes en el Plan Minero Departamental 2020 y el Plan Nacional de Desarrollo 2010 -2014.

Debido a esto las comunidades sienten una gran desolación, ya que no existen garantías de supervivencia. La tierra no es apta para producir alimentos debido a las constantes fumigaciones con glifosfato.

Después de quince años de fumigaciones no existe ninguna garantía para la vida de las comunidades del Putumayo por parte del Estado, mas la transnacionales tienen la puertas abiertas.