Amenazas de tipo paramilitar, fumigaciones con Glifosato

En una suerte de operaciones simultáneas contra los derechos de las comunidades indígenas y de la población civil en general, continúan las fumigaciones que supuestamente se habían definido no se volvían a producir por decisión de la Comisión de Estupefacientes, así como, el desarrollo de operaciones de tipo paramilitar en el municipio de Puerto Asís con panfletos y hostigamientos sobre la comunidad Nasa que habita en el caserío de Bellavista, en el municipio de Orito


Durante los días 30 de junio y 1 de julio el territorio del Resguardo Indígena Nasa Uh, y otras comunidades asentadas en el corregimiento Cofanía Jardines de Sucumbíos de Ipiales, Nariño, región vecina de Orito, Putumayo fueron fumigadas con glifosato siembras de coca, afectando cultivos de pancoger, flora nativa y las aguas de cabecera del río Rumiyaco.

Estas actuaciones continúan desconociendo la recomendación del Ministerio de Salud con base en informes internacionales de la OMS de los efectos del uso de este químico en la vida humana por ser una sustancia cancerígena.

La aspersión área se realizó igualmente en terriotrios habitados por la comunidad Nasa que habitan en Puerto Caicedo. Ambas operaciones de fumigación han afectado la salud de los integrantes de las comunidades

Reciente jurisprudencia de la Corte Constitucional ordenó a la Dirección Antonarcóticos de la Policía Nacional “abstenerse de realizar procedimientos de fumigación para la erradicación de cultivos ilícitos sin el cumplimiento de los requisitos de orden legal”, entre ellos, la Consulta Previa.

Mientras ocurren estas operaciones áreas, en predios de la comunidad Nasa Cxha Cxha, desde mediados de junio se continúan presentando operaciones de hostigamiento de grupos armados vestidos de civil.

El pasado jueves 18 de junio a eso de las nueve de la noche, seis sujetos estuvieron rondando el área comunitaria en donde se celebraría la Junta de Autoridades Tradicionales del Pueblo Nasa del Putumayo y Nariño.

Dos días después en horas de la noche también, a eso de las nueve treinta, otro sujeto vestido de negro, al parecer armado, merodearon el caserío de la escuela de Bellavista. Hacia las once de esa misma noche un sujeto vestido de negro fue sorprendido frente a la casa de un comunero.

Posteriormente, el Miércoles 24 de junio, hacia la media noche, la Guardia Indígena sorprendió a otro sujeto vestido de negro, al parecer armado, quien al ser descubierto huyó, perdiéndose entre la vegetación de la zona.

Situaciones similares de intimidación y seguimiento sobre integrantes de la Comunidad Nasa se han presentado por parte de hombres vestidos de negro y algunos armas se presentaron el 18, 21 y 30 de junio.

El martes 30 pasada la medianoche, fueron observados dos sujetos vestidos de negros que huyeron al ser sorprendidos. A eso de la una de la mañana del miércoles 1 de julio la Guardia Indígena observó a dos sujetos vestidos de negro, quienes portaban armas largas, al ser alumbrados con linternas, salieron corriendo.

A pesar del persistente hostigamiento sobre los integrantes de la comunidad indígena ninguna medida de protección ha sido dada por el gobierno colombiano.

Las acciones extrañas, de hombres armados vestidos de civil, se iniciaron desde el pasado mes de mayo, días después que las comunidades expresaran su objeción a las operaciones empresariales privadas del sector petrolero, desconociendo los derechos de las comunidades indígenas.

Tampoco se conocen avances en las investigaciones de los responsables de la incursión armada del pasado 7 de mayo, y sin que, se haya realizado el comité de Justicia Transicional Local.

El mismo 30 de junio en Puerto Asís, en desarrollo de prácticas de tipo paramilitar aparecieron panfletos firmados por un grupo que se hace llamar “la mano que limpia” en donde se declaró como objetivo a consumidores de drogas, delincuentes y prostitutas, prohibiendo la circulación después de las diez de la noche, situación que mantiene en zozobra y alerta a la población.

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Todo resulta siendo muy paradójico, pues con la militarización del Putumayo, los convenios suscritos entre las Fuerzas Militares y las multinacionales, continúan ocurriendo este tipo de operaciones armadas o de intimidación que se dirigen contra los civiles.

Bogotá,D.C. julio 3 de 2015

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz