Actuación de grupos de paramilitares contra la población civil

Nuevamente queremos dejar en su conocimiento signos que evidencian la actuación de grupos de paramilitares contra la población civil de la región del Cacarica y del inicio de recaudo de información para realizar una incursión en los Asentamientos de Retorno de las Comunidades del Cacarica.


Santafé de Bogotá, Agosto 10 del 2.000

Doctor
ANDRES PASTRANA ARANGO
Presidente de la República

Doctor
HUMBERTO DE LA CALLE LOMBANA
Ministro del Interior

Doctor
JUAN MAYER MALDONADO
Ministro del Medio Ambiente

Doctor
ALFONSO GOMEZ MENDEZ
Fiscal General de la Nación

Doctor
JAIME CORDOBA TRIVIÑO
Vice Fiscal General de la Nación

Doctor
JAIME BERNAL CUELLAR
Procurador General de la Nación

Doctor
JOSE FERNANDO CASTRO CAYCEDO
Defensor Nacional del Pueblo

Doctor
CAMILO GOMEZ
Alto Comisionado de Paz


Ref: Comunidades desplazadas de la Cuenca del Cacarica

Reciban un respetuoso saludo.

Nuevamente queremos dejar en su conocimiento signos que evidencian la actuación de grupos de paramilitares contra la población civil de la región del Cacarica y del inicio de recaudo de información para realizar una incursión en los Asentamientos de Retorno de las Comunidades del Cacarica.

Entre el 27 y 29 de junio, nuestra Comisión recibió información según la cual en el poblado de Tumaradó, ubicado sobre el río Atrato entre el sitio Palo Blanco y Sautatá, un grupo de hombres con armas cortas ubicaron un retén. En estos tres días las embarcaciones de habitantes del río Cirilo, del río Cacarica y del Río Perancho fueron detenidas. En una forma común de actuación frente a los pobladores, los 7 armados luego de preguntar por el lugar de origen y de trabajo, de identificar y de corroborar que eran de la región del Cacarica, les sustraían la madera para uso doméstico y las cargas de maíz. En algunos de estos casos, luego de intimidar a los campesinos, de acusarlos de estar con la guerrilla, los amenazaron diciendo: “sálganse de la zona que nos vamos a entrar” (…) “No vayan a volver que nos vamos a meter a los Asentamientos” (…).”No vuelvan, se los hemos advertido, sálganse que nos vamos a entrar y nada va a quedar”. A otros pobladores les robaron las motosierras y les dijeron que iban a acabar en los próximos días con la guerrilla.

A raíz del control ejercido por los paramilitares y de las amenazas recibidas en la primera quincena de julio, las pocas familias que habitaban en el Cirilo abandonaron la región en pequeños cascos. Pobladores del Cirilo que no abandonaron la región del Cacarica expresaron a nuestra Comisión que a raíz de la presencia armada sobre el río Atrato en Tumaradó, las cerca de 15 familias que estaban sobre el río Cirilo habían huido hacia Turbo, Apartadó y Medellín. Al mismo tiempo señalaron que en Riosucio habían sufrido un control de alimentos.

Los paramilitares que se encuentran en Tumaradó ejercen control en horas del día, en una casa – sin paredes – ubicada en la cabecera del pueblo en la cual cuelgan varias hamacas. Algunos de ellos, luego de cumplir su jornada, se movilizan por agua hacia el sitio conocido como el Cuarenta y Leoncito, otros toman dirección al norte, Acandí o Santa María.

El sábado 15 de julio en horas de la tarde en el mismo poblado de Tumaradó, cinco campesinos que se dirigían en una embarcación de madera, tipo casco, hacia el río Perancho, Cacarica, fueron detenidos por cuatro paramilitares, dos negros y dos mestizos, quiénes les hicieron señales con sus armas cortas y en tono amenazante los hicieron acercarse a la orilla.

Luego de solicitar los documentos de identidad desarrollaron un interrogatorio que se prolongó por espacio de dos horas, mientras una mujer era consultada por los paramilitares acerca de la veracidad de las respuestas brindadas por los campesinos. Los paramilitares centraron su interrogatorio en uno de los campesinos.

Paramilitares (P): “Su cédula”.
Luego de mirar el documento le pregunta por un habitante del Cacarica, motorista de profesión, el campesino responde.
Campesino (C): “No lo conozco”
P : “A donde va?”
C: “A buscar un maíz”

P: “Estamos cansados de decirle a la gente que no suba al Cacarica, no hay permiso de entrar allá”. “¿Usted es desplazado?”
C: “No”
P: “Esos h.p desplazados son unos guerrilleros, lo que están es comiendo de balde estos h.p pasan por aquí orgullosos y ni siquiera paran aquí. En los Asentamientos lo que hay es guerrilla” (…) “El que no sea desplazado que no se meta con ellos y el que esté en eso que se salga”

Posteriormente continúa el interrogatorio en tono intimidatorio.

P: “¿Cómo está la entrada a los asentamientos de los desplazados, donde están ubicados?”
C: “Yo no se, yo no me muevo por esos lados yo ando por otros caños y hace cinco años que salí de la zona”
P: “¿A cuánta distancia de La Tapa están los Asentamientos?”
C: “No sé”
P: “Toda esa zona la conozco. Yo fui guerrillero. Sabemos que hay dos asentamientos, uno como en La Raya y el otro en el Limón o en Vijao Cacarica”.
P: ¿“Ustedes vienen a aserrar?
C: “No.”
P: “Se les ha dicho que se salgan hasta que controlemos la zona”
C: “¿Cuándo se podrá aserrar? ¿Hasta cuando va a durar la restricción para el paso de madera?”
P: “Hasta que dominemos la zona, antes nadie puede trabajar allí. Cuando controlemos ustedes ya pueden trabajar libremente, y trabajan con nosotros (…) ¿Usted cuando vuelve a bajar?
C: “En 4 días”
P: “Cuando vuelva a bajar, tiene que pasar por aquí”.

A los cinco campesinos se les permitió continuar su camino luego de que otro casco fuera obligado a detenerse.

Mientras esto sucede con los campesinos, tal como lo hicimos en la constancia del 21 de junio, expresamos nuestra profunda preocupación por la explotación extensiva, comercial, indiscriminada e ilegal que la empresa Madarién continúa adelantando en el territorio titulado de las Comunidades del Cacarica, esta vez en la comunidad de La Balsita, con la complicidad de la autoridad ambiental CODECHOCO y sin que se hayan tomado medidas excepcionales por parte del Ministerio del Medio Ambiente.

El 28 de junio en el marco del Pre Encuentro Internacional convocado por las comunidades del Cacarica, delegados de Alemania, Gran Bretaña, Ecuador, México, investigadores nacionales e internacionales, comunidades indígenas y campesinas de otras regiones del país constataron, penetrando por el río Balsa, la construcción de dos canales artificiales de grandes longitudes para el transporte de madera y a 500 metros del caserío La Balsa, la presencia de un remolcador, una casa flotante y una paladraga con la inscripción “Maderas del Darién”. Más arriba a 400 metros se observó un bongo con la misma inscripción “Madarién” y a 300 metros del caserío, el río estaba totalmente obstruido por más de 250 trozas de Cativo sostenidas por cables para ser remolcadas. Sobre el caserío se observó un grupo de trabajadores halando del bosque aserrado, con máquinas, varios troncos de madera. El 30 de junio parlamentarios de Gran Bretaña hicieron el mismo recorrido y observaron la misma situación con la diferencia de que las tucas de madera se empezaban a movilizar hacia el río Atrato.

En observaciones realizadas recientemente se constató el arrasamiento y la deforestación en el caño La Balsa, la circulación de estos árboles convertidos en tucas, a través del río Atrato cruzando por Tumaradó y atravesando por la desembocadura del León, sin que se conozca que el retén paramilitar les haya detenido. Al parecer desde la última semana de julio se ha trasladado la maquinaria de la empresa Maderas del Darién de la vereda La Balsa a La Balsita. Debido a la destrucción que se ha hecho con anterioridad del territorio, los cortes que se están realizando son rápidos; se prevé que los cortes en el corto plazo se realizarían saliendo de La Balsita hacia las cabeceras de los ríos La Raya, Balsagira, Bochica, lugares en que se encuentran manchas de Cativo, así como, en el entorno del Asentamiento “Nueva Vida”, río Perancho.

Todo este aprovechamiento irracional está cobijado por Codechocó a través de la Resolución 1480 del 9 diciembre del 99, expedida tres meses después de que esta misma entidad hubiera expedido la resolución No. 1180 mediante la cual se suspende el corte y la circulación de madera extraída del Territorio Colectivo del Cacarica. La Resolución 1480 contempla los puntos cardinales de aprovechamiento que coinciden, con excepción de un punto, con todo el Territorio Colectivo otorgado a las comunidades con Resolución No. 00841 del 2 de abril de 1.999.

Por otro lado, en Bahía Cupica, Hacienda “El Cacique”, las familias repatriadas de Panamá y que forman parte del proceso de retorno al Cacarica han sido afectadas, intimidadas y algunos de sus integrantes se encuentran en una lista de los grupos paramilitares.

El 27 de junio a las 11:00 a.m. aproximadamente, mientras la comunidad se encontraba en la repartición de comida, seis integrantes de los grupos paramilitares estuvieron presentes en los alrededores del río por espacio de media hora. Días más tarde, el 5 de julio, aproximadamente a las 7:00 a.m. un grupo de paramilitares se encontraban en el sitio conocido como La Pista en Bahía Cupica. Los hombres, alrededor de 20, armados y con distintivos que los identificaban como integrantes de las “Autodefensas Campesinas”, reunieron a varios campesinos de Cupica, a quiénes lista en mano amenazaron con ingresar al corregimiento y a la Hacienda “El Cacique”.

Los hechos aquí descritos sobre los que dejamos Constancia permiten expresar nuestra indignación a través de esta Censura Moral. Es evidente que las estructuras que generaron el desplazamiento forzoso de la población del Cacarica se han mantenido durante todos estos años gracias a que los responsables de las acciones conjuntas de fuerzas oficiales y sus grupos paraoficiales no han sido investigados, sancionados ni castigados accediendo a la justicia. El estado de impunidad en que se amparan los desplazadores y los victimarios de más de 70 asesinados y desaparecidos ha permitido la perpetuación de las estructuras criminales. Los paramilitares de las “Autodefensas Campesinas” que guiaron a las fuerzas oficiales en el territorio del Cacarica en el año 1.997, caminan por las calles de Turbo, se movilizan desde Turbo a Riosucio sin que institución estatal actúe. Omisión, silencio, complicidad, aval. Presencia paramilitar, todavía persistente, entre los sitios conocidos como El Dos y El Tres que impidieron en la situación de desplazamiento el desarrollo a plenitud del autoabastecimiento de la comunidad a través de la recolección de sus cosechas y nuevas siembras.

El retén existente en Tumaradó es un nuevo mecanismo a través del cual se busca información precisa sobre la localización del Territorio de Vida de las Comunidades de Retorno al Cacarica para actuar sobre seguro, se intimida y amenaza nuevamente para iniciar el desplazamiento, se envía el mensaje para aterrorizar. Al inicio del año fue el “Informe de Inteligencia” que aludía a las Comunidades Organizadas de la región como instrumento de la oposición armada, “Informe” filtrado a través de un mass media estigmatizando y ambientando un sentido negativo de las comunidades organizadas en ejercicio de sus derechos; después fue la filmación y el interrogatorio de las propias fuerzas militares el 26 de febrero, en el sitio conocido como La Tapa, Cacarica y ahora es el control que se ejerce sobre Tumaradó con abusos y violación de los derechos de la población civil.

Dejamos Constancia Histórica del inicio de la preparación de un posible nuevo atentado contra las Comunidades en retorno al Cacarica y de la continuación de llamadas con amenazas contra un integrante de nuestra Comisión en la oficina de trabajo.

Dejamos constancia acerca del conocimiento que Uds. han tenido de tiempo atrás de la presencia de paramilitares entre Bahía Cupica y Bahía Solano, de las acciones que han atentado contra pobladores de la región y ahora de las amenazas que existen contra integrantes de la comunidad repatriada que se encuentra en Cacique.

Dejamos Constancia Histórica de la persistente deforestación irracional que adelanta la empresa Madarién, ya no en La Balsa sino en una nueva porción del Territorio Colectivo del Cacarica, La Balsita; es claro que esta destrucción cuenta con la autorización de las autoridades ambientales regionales como CODECHOCO, que a todas luces desconoce los derechos colectivos, privilegiando los intereses de la empresa privada, a través de formas como testaferrato con los que se quiere sustentar la legalidad de la deforestación y con los mecanismos sancionatorios, mecanismos todos que desconocen a las autoridades comunitarias y ancestrales. A pesar de las Denuncias presentadas por la Comunidad, de nuestras Constancias y Censuras Morales, de los llamados de la Comunidad Internacional y salvo los esfuerzos de funcionarios de la Procuraduría General de la Nación, no se tomaron las medidas excepcionales que evitaran y eviten graves destrozos del Territorio Natural del Cacarica.

Ante sus despachos dejamos nuestra expresión de Censura Moral frente a los signos de erosión del Estado de Derecho, las omisiones y las actuaciones frente a la consolidación de las estructuras paraestatales, las amenazas frente a las comunidades ya retornadas, la violación de los derechos colectivos de las comunidades por el corte irracional de sus árboles maderables.

Con profunda preocupación,

COMISION INTERCONGREGACIONAL DE JUSTICIA Y PAZ