Acción Urgente Panamá

En el día de hoy, mientras se celebraba un Encuentro Nacional de Dirigentes, convocado por la Coordinadora Nacional por el Derecho a la Vida y el Respeto a la Dignidad del Pueblo, en un hotel de la localidad, un contingente de policías fuertemente armados se lanzó contra manifestantes que caminaban en una marcha pacífica por las calles del barrio de Calidonia, al final del Encuentro.


El saldo de esta acción sin sentido fue de más de trescientos detenidos, entre los cuales había educadores, sindicalistas, estudiantes, campesinos, indígenas y cristianos. Uno de estos últimos fue el Reverendo Roberto Bruneau, de la Iglesia Bautista de Panamá. Hubo maltrato, golpes, vejámenes, incluso a mujeres, la mayoría de ellas, educadoras. Al final, les hicieron firmar una nota declarando que “no habían sido objeto de agresiones físicas ni sicológicas”.

El hotel en donde se dio el Encuentro fue totalmente cercado con unidades antimotines, carros patrullas y autobuses de la Policía Nacional, con la intención de detener a los dirigentes que suponían estarían aún dentro del local, especialmente los más buscados como el compañero Genaro López, secretario general del Sindicato Único Nacional de trabajadores de la Construcción y Similares, SUNTRACS, y otros.

Entre los cuarenta compañeros que aún permanecían en el local esta el compañero Gabriel Castillo, de la Coordinadora Nacional de Unidad Sindical Independiente, CONUSI, el maestro Mario Almanza, secretario general de la Asociación de Maestros Independientes Auténticos, AMIA, ambos directivos del Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales, FENADESO, y el Padre Conrado Sanjur, quien había participado en la reunión.

La Policía entró para informarles que serían detenidos y conducidos a instalaciones de la Institución a las buenas o bajo una orden superior. Se les concedió unos quince minutos para que decidieran. En ese intervalo, que se prolongó mucho más, se convocó enseguida a una rueda de prensa para informar a la ciudadanía la arbitrariedad que estaba cometiendo la Policía y, por lo tanto, el gobierno nacional que preside Ricardo Martinelli. Se llamó al Arzobispo Metropolitano, al obispo de la Iglesia Metodista, al Obispo de la Iglesia Luterana, al Defensor del Pueblo. Por toda la presión que se hizo, por la cobertura completa de los medios de comunicación social y por la gestión de un conjunto de abogados solidarios que se hizo presente, el responsable de la Policía en el lugar desistió de la conducción y detención de los compañeros que durante casi tres horas estuvieron retenidos injustamente.

Esta semana se ha caracterizado por una brutal represión del Gobierno de Ricardo Martinelli en contra del pueblo de Bocas del Toro, unas de las provincias más pobres del país que salió a protestar en las calles en contra de un paquete de medidas contenidas en la Ley 30, conocida en el pueblo por la Ley Chorizo, recientemente sancionada por el gobierno, que atentan contra los derechos humanos, se elimina el derecho a huelga, se garantiza impunidad a los policías que maten a cualquier ciudadano, se elimina todo el estudio de impacto ambiental en proyectos de explotación minera e hidroeléctricas, atentando contra la Madre Naturaleza. Como resultado de la brutal represión en Bocas del Toro se cuentan siete (7) muertos, entre los que se encuentran dos niños por asfixia de gases lacrimógeno, una mujer y cuatro trabajadores, pero que el gobierno sólo reconoce a dos, además de presos y heridos. La ciudad de Changuinola, provincia de Bocas del toro, en donde se escenifican los hechos, está prácticamente en estado de sitio.

De manera unánime, los participantes del Encuentro, miembros todos de organizaciones sindicales, ambientalistas, gremios de educadores, indígenas, campesinos y estudiantes, decidieron llevar a cabo una huelga nacional tendiente a la derogación de la Ley 30 y la puesta en libertado de todos los detenidos, a partir del martes 13 de julio, por lo cual se cree que el gobierno elevará el nivel de represión.

¡Sin luchas, no hay victoria!

Panamá, 10 de julio de 2010.

Aníbal Ríos, Jenny Escobar, Conrado Sanjur.