A Brasil le han robado la Copa del Mundo.

Pese a ser en 2013 la séptima economía mundial y tener uno de los equipos de fútbol más reconocidos, ni los caños, ni los goles, ni las mejores jugadas de sus estrellas, podrán conseguir que los brasileños ganen.


Incluso antes de empezar a jugar, la codicia y la falta de moral les han arrebatado la oportunidad de que sus más de 200 millones de habitantes puedan tener acceso a mejores servicios, mejor educación, mejor sanidad… Y lo que es peor, les han robado la oportunidad de reducir la brecha de la desigualdad entre las personas más acomodadas del país y los 37 millones de brasileños que, tras el Mundial de Fútbol, seguirán yéndose a la cama con hambre.

jueguen como jueguen, los únicos vencedores serán las empresas y multinacionales. La FIFA ha cometido una grave falta contra el pueblo brasileño beneficiándose de la concesión de exenciones fiscales a las empresas patrocinadoras del mundial. Los brasileños y brasileñas perderán alrededor de 200 millones de euros que podrían haber servido para acabar con la injusta desigualdad que azota al país. Las empresas que apenas pagarán impuestos por su actividad en este gran evento deportivo serán, como siempre, las grandes vencedoras.

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