Paramilitares fomentan la siembra de coca y el reclutamiento

Continúan las operaciones paramilitares dentro de los territorios colectivos de Curbaradó y Jiguamiandó con la conducta omisiva y tolerante de la brigada 17.


De acuerdo con testigos, docenas de bultos de semillas de coca ingresaron desde el Urabá antiqueño a estos territorios colectivos cruzando por los retenes policiales y militares. En este momento los paramilitares se han asentando en Bella Flor Remacho y SantaFe de Churimá, en Jiguamiandó y otros en Curbaradó entre El Tesoro y Buena Vista.

A algunos habitantes que se encuentran dentro de los territorios colectivos ofrecen pagarles entre 1 millón y 2 millones de pesos si se unen a sus filas, para atacar a la guerrilla y proteger el desarrollo.

Los armados han manifestado a los pobladores que los negocios que se implementarán son lo de coca y luego vendrán la palma, el banano, el plátano y el ganado.

Estas operaciones de facto y turbias desconocen los contenidos de los Autos de la Corte Constitucional de mayo y de diciembre pasados y evidencian la no desestructuración del paramilitarismo y sus beneficiarios.

En el día de ayer se conoció que además de las amenazas de asesinato sobre integrantes de los consejos menores que habitan en la Zona Humanitaria El Tesoro, cerca de 300 paramilitares, que se encuentran en el kilómetro 40 en jurisdicción de Barranquillita, a dos horas en automotor de Curvaradó, está esperando la orden para incursionar, simular un enfrentamiento con los otros paramilitares que están en los territorios colectivos, generar desplazamiento forzados.

Los factores de riesgo a la vida, a la integridad, a la libertad de las y los integrantes de los consejos menores que habitan en las Zonas Humanitarias y Zonas de Biodiversidad se han intensificado en las últimas semanas. En la medida en que avanza la elaboración de los censos en los territorios colectivos

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