Desalojadas por empresarios familias en Pedeguita y Mansilla en límites con Curvaradó

Desde ayer en la mañana integrantes de los consejos comunitarios volvieron a constatar que la ley 70 de comunidades negras no ha sido más que un reconocimiento formal y que la política de restitución de tierras del presidente Santos es hasta ahora una expresión que no tiene realidad para las víctimas del despojo.


Ayer 13 hombres al servicio del empresario de la palma aceitera y la ganadería extensiva Juan González Moreno, destruyeron la vivienda en la que habitaban cinco familias de Bijao Onofre del consejo comunitario de Pedeguita y Mancilla, límites con Curvaradó.

Estas familias regresaron a su territorio de origen después de 15 años de desplazamiento forzado enfrentando a los beneficiarios de las operaciones paramilitares que han implementado agronegocios en predios colectivos.

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A eso de las 9:00 a.m. los trabajadores del empresario González se acercaron hasta la casa de Argemiro Hernández donde abordaron a tres mujeres de los consejos comunitarios que allí se encontraban y les ordenaron salir por las “buenas”. En respuesta, las mujeres preguntaron si eran alguna autoridad con orden legal de desalojo.

Uno de los hombres con la cabeza ordenó ingresar por la fuerza al interior de la vivienda y gritó a las mujeres: “no hay problema, no venimos a pelear” .

Los hombres luego de sacar las pertenencias y arrojarlas al suelo, procedieron a destruir la vivienda.

Desde el pasado mes de septiembre diez familias de los consejos comunitarios regresaron a sus tierras en Pedequita y Mansilla. “Nosotros hasta hoy creímos que las promesas del gobierno eran una realidad, hoy vemos que nada es verdad“,manifestó una de las mujeres agredidas.

En 15 años, 613 de las hectáreas de estas cinco familias fueron transformadas, 110 hectáreas son de titulo individual y el restante de propiedad colectiva.

Antes de su regreso días atrás, la familias declararon ante la Unidad Nacional de Restitución de Tierras. allí les dijeron que los llamaran, que estaban priorizando los títulos individuales a los colectivos. A la fecha aún no han recibido la llamada. los ocupantes de mala fe permanecen dentro de los territorios.

En medio de la instalación de sus viviendas para poder empezar a proteger, a labrar y recuperar la tierra despojada se encontraron con que muchos hombres protegen el ganado perteneciente al Coronel (r) del ejército,y miembro de Acore, Luis Felipe Molano y del empresario Juan Guillermo González Moreno.

Esta es solo una de las propiedades comunitarias despojadas por paramilitares desde 1996, que usufructúa el militar. De acuerdo con versiones de muchas víctimas, Molano ha extendido sus negocios en Caño Manso, San Andrés, Bijao Onofre. Se afirma que su sobrino Hugo Fenel Bernal Molano, identificado en su momento como integrantes del cartel de Medellín y de los paramilitares de Carlos y Vicente Castaño, quien se encuentra actualmente extraditado a los Estados Unidos, también forma parte de estos negocios.

Por otra parte se conoce que el otro para empresario González, ha sido participe de las estructuras paramilitares. De acuerdo con investigaciones judiciales, que como siempre no avanzan con eficacia para lograr desestructurar las empresas criminales: “al señor Juan Guillermo siempre lo han conocido como un hombre prestante de la región, incluso, cuando llegaba a las fincas uniformado… Uno de los investigadores del caso recogió las versiones de los campesinos que cuentan cómo González Moreno hacía reuniones en la finca del ‘Alemán’, a las que asistía de camuflado. Las comunidades de la cuenca de Jiguamiandó y Domingodó en el Chocó y el Urabá antioqueño lo identifican como socio de una firma palmicultora y dueño de miles de hectáreas de tierra”, señala el investigador. Y agrega que también vivían con el temor de verlo por las veredas y calles de Apartadó, sabiendo quién era y qué había hecho…Juan Guillermo González Moreno. Conocido como un importante hacendado y empresario de una firma palmicultora. Es sindicado de concierto para delinquir, secuestro simple y agravado, porte ilegal de armas y tortura“(http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-7575708)

De acuerdo con el diario El Tiempo González fue capturado en Apartadó en abril de 2010 “señalado de ser el responsable del secuestro de cuatro líderes campesinos de Riosucio (Chocó), en el 2003, el desplazamiento de 350 personas de la comunidad de paz Nueva Esperanza, y de la desaparición de por lo menos un centenar de campesinos y pobladores afrodescendientes del Urabá chocoano“. Sin embargo, semanalmente visita las propiedades usurpadas a los miembros del Consejo menor de Pedeguita y Mansilla.

Molano y González hoy siguen siendo amos y reyes. Ellos son la ley, son el verdadero rostro del Estado de Derecho para los despojados. Su poder criminal es incombatible por el Estado. Tal vez, porque gozan del amparo que uno de ellos tiene por ser parte de ese poderoso gremio de efectivos retirados del ejército, y por la debilidad de un aparato judicial incapaz de saltar la endémica impunidad que le es casi connatural.

Evidentemente que este poder se retroalimenta de una ineficaz ley de restitución de tierras que no enfrenta a estructuras beneficiarias o ellas mismas paramilitares, porque aunque se diga lo contrario, el paramilitarismo armado y paramilitarismo mental sigue existiendo.

Los despojados sin ninguna respuesta del Estado nacional, de la Unidad de Protección asumen el riesgo hoy de regresar. Solos absolutamente solos lidiaran al Estado de Derecho real, el Estado de Hecho, hecho a la medida de Molano y de González. Dios y ley.

Bogotá, D.C., 30 de octubre de 2012

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz